Cargando...
Gladys Méndez, hermana de Felipe Méndez, señaló que la espera ya se torna ansiedad, puesto que ha pasado casi un mes desde aquel fatal accidente, sin que se logre destrabar el proceso previo a la repatriación. “Se está poniendo un poco difícil. Estamos un poco ansiosos”, refirió.
Indicó que los representantes del seguro de viajero que contrató el joven paraguayo antes de ir a China se encargarán de traer los restos hasta Asunción. “Me dijeron que el problema es que la Policía no está queriendo liberar el cuerpo, que aún está en la morgue judicial”, manifestó.
Inicialmente se habló de que el proceso demoraría un mes, aunque luego se anunció que habría mayor celeridad gracias al apoyo de la Secretaría de Repatriados y del Consulado de la Argentina en China. Ya el 11 de marzo último se anunció que el cuerpo arribaría la semana siguiente.
Actualmente hay incertidumbre en torno a las fechas, ya que todo depende de la voluntad de las autoridades chinas. “El cadáver está en la morgue, eso me dijeron la semana pasada. Volvimos a hablar y me dijeron que una vez que lleguen las copias del pasaporte veríamos qué pasa”, refirió.
Comentó que ayer remitió las últimas documentaciones requeridas por la Policía china para disponer la liberación del cuerpo. “Tuve que enviar por courier la copia autenticada del pasaporte; estaríamos teniendo noticias entre hoy y mañana”, estimó. Señaló que la explicación ante la demora es que en el caso de su hermano no se emitió un acta de defunción directamente, sino un “acta policial forense”. “Es todo un proceso, es toda una agonía”, apuntó.
Indicó que la ansiedad se da principalmente en la familia con la que el joven vivió su niñez, en 25 de Diciembre, departamento de San Pedro, donde se crió y creció desde los tres meses. “Sus padres del corazón lo esperan, tienen 88 años y los señores todos los días me llaman y es un poco angustioso”, expresó.
Felipe Méndez Ortigoza, de 27 años de edad, fue una de las víctimas de un accidente ocurrido en el Aeropuerto Internacional de Bao’an, en la ciudad de Shenzhen, la provincia meridional china de Guangdong, donde un conductor aparentemente trastornado atropelló a varias personas.