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“Claro que uno teme volver a la llanura (…) Se habla siempre de eso en el partido y en Honor Colorado. A veces uno piensa que ya no quieren trabajar por el partido (disidentes), porque se les dio todas las garantías”, admitió el presidente de la Asociación Nacional Republicana, Pedro Alliana, sobre la fractura entre dos bandos en carpas coloradas que hasta el momento no han podido reconciliarse.
Con un discurso visiblemente más conciliador, llamó al diálogo a sus correligionarios, considerando que si la situación permanece igual, podría darse una situación similar a la ocurrida en 2008, cuando el Frente Guasu, encabezado por Fernando Lugo, rompió con la hegemonía de los colorados tras 60 años de haber permanecido en el poder de forma ininterrumpida.
Sin embargo, dijo que desde su posición de titular del partido “vamos a hacer el esfuerzo. Yo no me voy a cansar. Los disidentes me pudieron haber tratado de todo, pero si hay algo que no podrán decir es que no hice el esfuerzo”.
En referencia al pedido de los cartistas de suspender por un año a legisladores colorados disidentes por “traidores” al no acompañar la reelección vía enmienda del presidente Horacio Cartes, Alliana señaló que si bien hoy no conviene sancionar a nadie, dijo entender la posición de Yamil Esgaib -impulsor de la iniciativa- por la indisciplina de algunos senadores y diputados que están ahí gracias al Partido Colorado.
Se refirió a los casos de legisladores -en su mayoría disidentes- miembros de la Junta de Gobierno que no asistieron a varias sesiones de la Junta de Gobierno. “La gran mayoría de la disidencia no aparece. Se excusan al decir que no se movió lo que pidieron. El pleno debe dar autorizaciones para faltar”, alegó.
En este sentido, el diputado individualizó a los senadores Enrique Baccheta y Julio Velázquez, quienes -según dijo- “aparecieron una o dos veces el año pasado y este año aún no. Ya no hay excusa para no ir al partido. En la última sesión todavía no aparecieron”.