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La información fue confirmada esta mañana a ABC Color por la Dra. Águeda Cabello, directora de Vigilancia de la Salud, quien explicó que la alerta a ser emitida responde a una advertencia lanzada la semana pasada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la circulación del virus en la región.
En el documento emitido el 31 de diciembre último, los organismos internacionales mencionaron que se confirmaron varios casos de fiebre amarilla en humanos en la última década en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, por lo que recomendó a los países no bajar la guardia ante los posibles brotes.
Cabello mencionó que ante esto corresponde activar un sistema sanitario preventivo, a fin de evitar una eventual nueva epidemia, tal como la que sufrió el Paraguay en 2008. “Tenemos que intensificar la vacunación contra la fiebre amarilla y fortalecer los trabajos de control de monos que puedan fallecer de este mal”, explicó.
Recordó que la alerta de la OMS y la OPS justamente indica que se registraron casos fatales en “primates no humanos” en Brasil y Bolivia, por lo que crece la preocupación considerando que ambos son países vecinos. La vigilancia se acentuará en zonas boscosas de Amambay, Concepción, Caaguazú, San Pedro y Cordillera, según detalló.
Adelantó que equipos de especialistas prevén adentrarse en los bosques a fin de investigar si hay igualmente casos de monos muertos a nivel local que puedan calificar como casos sospechosos. “Esta es una alerta teniendo en cuenta el incremento de casos y que hay frontera con países donde hay todavía casos de fiebre amarilla”, apuntó.
Los trabajos en el marco de la alerta se iniciarán esta misma semana, considerando el riesgo de que el virus genere estragos. “Estaríamos haciendo nuestra propia alerta a partir de la alerta de la OPS; nuestra obligación es intensificar la vigilancia y la vacunación en zonas donde podemos tener casos o episodios”, explicó.
La profesional aclaró que actualmente en Paraguay está vigente un programa universal de vacunación, por lo que consideró que “no creo que haya una población altamente susceptible”. Recordó que tras la epidemia de 2008, el país inició una campaña a nivel país que abarcó desde niños de un año de edad.
Mencionó que la vacuna antiamarílica se aplica una sola vez y su efecto ya es permanente. Garantizó que el Ministerio de Salud cuenta con suficiente stock de vacunas para lograr un bloqueo y mantener la situación bajo control.
La fiebre amarilla se transmite principalmente a través de mosquitos, que diseminan el virus de un huésped a otro: entre monos, de mono a una persona y de una persona a otra.
Los síntomas del mal son fiebre, dolores musculares intensos, dolores de cabeza, escalofríos, pérdida de apetito, náuseas y vómitos.
En el 2008, el Paraguay confirmó casos autóctonos de fiebre amarilla luego de más de 100 años de que no se registrara un hecho similar. El suceso motivó una alerta epidemiológica a nivel país y una campaña intensa de vacunación.