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Murió imputado, pero impune", indicó.Federico Tatter recordó este martes que Alberto Cantero era un torturador sádico y eficiente. Señaló que el ex torturador fue uno de los cinco hombres más importantes de la Policía de Alfredo Stroessner.
"Murió imputado, pero impune, beneficiado por una justicia mal construida en este proceso de transición", sostuvo al ser entrevistado por Ñandutí AM, con motivo del fallecimiento de Cantero.
Federico Tatter busca a su padre del mismo nombre que desapareció por orden del dictador Stroessner. Recordó que Cantero pasó 12 años detenido en la Agrupación Especializada, tras haber sido sentenciado por uno de los casos.
Sin embargo, recordó que hasta el último día de su vida continuó cometiendo crímenes. Sostuvo que nunca confesó el lugar en el que fueron enterrados opositores al régimen de Stroessner, entre ellos su padre.
Dijo que hasta ahora hay ex popes stronistas que están agavillados en el silencio cómplice.
"Cantero murió siendo un criminal y llevando el silencio a la tumba", reflexionó.
Manifestó que en los últimos años, Cantero se refugió en una supuesta enfermedad, en la religión y en la Biblia. Recordó que siempre andaba con una de ellas en la mano.
"Murió imputado, pero impune, beneficiado por una justicia mal construida en este proceso de transición", sostuvo al ser entrevistado por Ñandutí AM, con motivo del fallecimiento de Cantero.
Federico Tatter busca a su padre del mismo nombre que desapareció por orden del dictador Stroessner. Recordó que Cantero pasó 12 años detenido en la Agrupación Especializada, tras haber sido sentenciado por uno de los casos.
Sin embargo, recordó que hasta el último día de su vida continuó cometiendo crímenes. Sostuvo que nunca confesó el lugar en el que fueron enterrados opositores al régimen de Stroessner, entre ellos su padre.
Dijo que hasta ahora hay ex popes stronistas que están agavillados en el silencio cómplice.
"Cantero murió siendo un criminal y llevando el silencio a la tumba", reflexionó.
Manifestó que en los últimos años, Cantero se refugió en una supuesta enfermedad, en la religión y en la Biblia. Recordó que siempre andaba con una de ellas en la mano.