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Referentes de la escena artística nacional como la cantante Andrea Valobra y la actriz Marlene Sautu, expresaron su solidaridad con la actriz argentina Thelma Fardín, quien días atrás denunció al también actor Juan Darthés por violación e hizo el caso público a través de un relato grabado que se hizo viral en la red.
Con el objetivo de hacer sentir a todas las mujeres que no están solas, y que estas historias, aunque horrendas, ocurren con más frecuencia de la que quisiéramos, estas mujeres dan el primer paso y comienzan a contar para sanar, para curarse ellas y para animar a otras a curarse. Porque hablarlo, es la única forma de liberarlo, de sacar lo podrido, de que ya no forme parte de lo que nos daña desde adentro y muchas veces ni siquiera identificamos.
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A través de su cuenta de Facebook, la cantante Andrea Valobra comentó que lo que le sucedió nunca se lo había contado ni siquiera a su madre, porque le daba vergüenza y asco comentar que un hombre mayor le metió la mano entre sus piernas cuando caminaba por el Mercado 4 a los 12 años.
Tal vez lo que más la perturbó fue el hecho de que, mientras ella se quedó pálida y helada, este hombre extraño se reía, como si lo que hizo hubiera sido gracioso.
También le dio mucho pudor cuando, tras una fiesta de Año Nuevo, volvía con sus padres de Formosa y sus papás, queriendo ser solidarios, se acercaron al guardia de seguridad de la cuadra a obsequiarle sidra y pan dulce.
Este señor, a quien los padres de Andrea trataban tan bien, se aprovechó de la situación cuando los adultos ordenaron a la menor que lo saludara. “Andá, saludá al señor”, fue el pedido, y al acercarse Andrea, el extraño le dio un beso de lengua.
Desesperada, miró a sus padres, que, para su mala suerte, ya se estaban alejando y no vieron el abuso que había sufrido.
Mientras Andrea corría para alcanzarlos, todavía tuvo que oír cómo el abusador le decía “qué rica mamita”.
La artista dice que recién hoy, años después, pudo charlar del tema con su pareja. Incluso, cuenta la artista en su red social, también hay varones que han sufrido comentarios obscenos y manoseos en su infancia y adolescencia, pero para ellos es mucho más difícil siquiera tocar el tema, porque temen que se los considere “menos hombres”, y porque existe un prejuicio muy instalado sobre que la teoría de que “un hombre abusado, normalmente se termina volviendo abusador”, expresó Valobra.
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La artista cerró sus reflexiones aconsejando a mujeres que aún dudan a la hora de denunciar lo que sufrieron, tal vez porque lo minimicen, o tal vez porque lo hayan bloqueado en el fondo de su inconsciente, para aminorar el dolor. “Eso que no podías explicar, eso que no te dejó dormir por días, eso que hacía que te sientas mal cuando estabas cerca de esa persona, o cuando había algo vinculado a ella, esa sensación de incomodidad de tristeza, de asco... eso tiene nombre... ABUSO”, sentenció la intérprete.
Marlene Sautu, la actriz detrás del personaje de la Abuela DJ, relató que desde su primera infancia fue víctima de un historial de abusos por parte de personas incluso muy allegadas a su círculo familiar, envuelta en un escenario en el que además, era víctima de la desprotección propia que ocasiona la pobreza, pues su madre debía sostener la casa, y eso la obligaba a dejarla en situación de peligro.
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La actriz contó en su cuenta de Facebook que a sus 18 años pudo exteriorizar el dolor mediante la terapia, pues hasta ese momento tenía episodios muy frecuentes de ira y temblores en las extremidades que dificultaban su calidad de vida y hasta sus estudios.
El mensaje que dejó la profesora de actuación a las mujeres es que es momento de dejar de naturalizar los abusos y la violencia hacia la mujer, “cuestionando porque no hablaste antes, de qué manera estabas vestida, cuál es tu estilo de vida, entre otras cosas. Yo tenía 5 añitos la primera vez que abusaron de mí y no me vestía de manera sexy. Era tan sólo una niñita y me vestía como tal. Y si no me animé a hablar en ese entonces fue por miedo. Porque no quería que me tiren de ningún edificio ni que le hicieran daño a mi mamá. Y por no hablar, mi cuerpo y mi emocionalidad reaccionaron al trauma”, finaliza.
Desgarradores relatos como estos están dándose a conocer poco a poco también en el ámbito artístico paraguayo, no solo como un gesto solidario para la joven actriz argentina, sino como una necesidad regional quizás, de dejar atrás dolores e injusticias que pudieron pasar hace años, pero son hechos punibles que tienen un victimario, y deben ser castigados por la ley.