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El rescate solicitado por el grupo criminal se pagó integramente, US$ 500.000 en efectivo y US$ 50.000 en víveres a comunidades humildes, entre el 10 y 12 de abril. Sin embargo, el joven hasta el momento no fue liberado.
La familia Fick nunca recibió una prueba de vida. Tampoco hubo más comunicaciones entre el grupo criminal y Álcido, padre del secuestrado.
Casi nulo fue el aporte de la Fuerza de Tarea Conjunta en dar con los secuestradores. Solo discursos alentadores se dieron desde el Ministerio del Interior, de parte de Francisco de Vargas, pero nada más.
El EPP no cumplió con dejar libre a Arlan, tal como indica su "manual" de procedimientos que señala en una sección que se refiere al cobro del rescate: “Una vez cerrado el trato hay que proceder a cobrar. Traten de cobrar de una vez, deben ponerse duros. Con quien paga se cumple, sin vueltas, que entiendan eso...”. Un punto que habían cumplido en casi todos los secuestros que perpetraron.