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“Fue como si el primer fin que tenía la Policía era el de recibir una coima”, describe Héctor de Aurrecoechea, un hincha de la Selección Uruguaya de Fútbol, que pensó que venir en coche a Paraguay para ver a su selección era una buena idea. Hasta que llegó.
El hombre y sus acompañantes antes pasaron por Argentina sin ningún contratiempo. Al llegar a Falcón, en la frontera con Clorinda, un funcionario de Migraciones le dice que los papeles de su automóvil tenían un error y pide “una suma” para dejarlo continuar hasta Asunción.
Manejando rumbo al centro de Asunción menciona que casi ingresó por error al túnel Semidei, pero al percatarse cambió de carril y siguió derecho. Al instante una grúa de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción los intercepta y los detiene a un costado de la Transchaco. Un oficial con el portanombre "J. Largo" lo acusó de pasar un semáforo en rojo, le dijo que el registro de conducir de Uruguay no sirve en Paraguay, y además le explicó que la multa era de G. 3.600.000 y que la infracción había sido grabada “por una cámara coreana”.
Según la base de datos de la Municipalidad de Asunción existe un inspector ayudante de Policía Municipal de Tránsito de nombre Junior Largo Bogado.
Para hablar “más tranquilos” le pidió que los siguieran. Los turistas pensaron que irían a una oficina de la PMT, pero terminaron en una calle menos transitada.
“La respuesta nuestra fue, no hay problema, ¿dónde se paga? A lo que el oficial Largo dijo que el pago era previo proceso judicial que llevaba un mínimo de 5 días. Claro está que nosotros no íbamos a estar tanto tiempo en el país, a lo cual le dijimos al oficial si había otra forma de pagar, y este señor nos dijo que él y sus superiores dentro del camión se podían encargar de borrar todos los registros a cambio de una suma de dinero”. Terminaron accediendo, pensando que un proceso los obligaría a permanecer más tiempo en nuestro país.
Cuando se percataron de que la chapa uruguaya “atraía” a los agentes de tránsito deseosos de encontrarles infracciones, decidieron dejar el vehículo en el hotel y se movilizaron en taxi durante toda su estadía. El problema era que su retorno sería nuevamente en auto.
Esta vez un control de la Policía Nacional los detuvo en la cabecera del Puente Remanso. Era el día posterior a la victoria Celeste contra la Albirroja. Los agentes aseguraron que una cámara “había visto que la persona que iba en el asiento de atrás, no llevaba puesto el cinturón de seguridad, y que la multa a pagar era de 330.000 guaraníes”, asegura de Aurrecoechea.
El agente “comenzó a pedir todos los documentos que se puedan imaginar, incluyendo la tarjeta (el papel) de entrada a Paraguay, así como también revisó nuestras pertenencias. Ya conscientes de lo que buscaba, optamos por darle dinero a cambio de que nos dejara seguir, y mi pensamiento interior fue ¡qué alivio que al fin nos vamos de acá!”.
El turista agradeció a la gente por la hospitalidad, pero lamentó que los agentes de tránsito y la Policía hayan empañado su primera experiencia visitando nuestro país. “La verdad que fuimos para ver el partido de fútbol, y nos quedamos encantados con el país y el pueblo, más no así con la Policía, especialmente la de tránsito. La verdad que de un precioso viaje que podía haber sido, todo se vio empañado por el accionar de las fuerzas del orden. No me queda más que agradecer al pueblo paraguayo por la atención y el respeto”, finalizó el turista.
El presidente del Sindicato de Funcionarios de Migraciones, Carlos Alcaraz, desmintió que personal de Migraciones esté implicado en el caso coima, pues alega que no está entre sus funciones pedir documentos de vehículos.
“Nosotros no pedimos documentos de vehículos, de polízas ni nada por el estilo. Solo documentos personales. Allí están funcionarios de otras instituciones como la Aduanas o la policía, pero Migraciones no pide documentos de vehículos”, puntualizó el gremialista, en contacto con ABC Color.
Al parecer el “apriete” a los turistas es moneda corriente en nuestras rutas y calles. Un caso anterior involucró a una familia de brasileños que denunció la extorsión de los agentes de la Patrulla Caminera en varios puntos de la ruta con destino a Asunción. El caso culminó con la destitución y traslado de los agentes del desvío San Bernardino.