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A mediados de mayo del año 2010 se comenzó a gestar dentro de la cárcel de Tacumbú una red de pornografía. Jorge Abel Pereira, un preso condenado a 24 años de cárcel por homicidio, y otro interno, Feliciano López, desde el pabellón “Libertad”, tejieron una de las historias más escalofriantes que luego se descubriría.
Utilizando computadoras y la señal de internet que tenía la iglesia Raíces dentro de la cárcel, estos dos internos pasaron horas y horas creando perfiles en las redes sociales de Facebook y Orkut, para contactar con mujeres en su mayoría menores de edad.
Primeramente, los internos levantaban fotografías haciendo pensar a a sus contactos que estaban en sus casas u oficinas. Contactaron con muchas menores, a las cuales engañaron diciendo que eran estudiantes universitarios.
“En la ofi”, “En mi casa de Luque”, “En la facu”, eran algunos de los comentarios que ponían los presos junto a sus fotografías en las redes sociales, pero las mismas eran todas tomadas en la cárcel.
Durante largas charlas en el chat de estas redes sociales, Pereira y López consiguieron ganarse la confianza de dos hermanas menores de edad a las que les pedían fotografías. Primero eran con ropa, pero posteriormente otras más obscenas.
Cuando acumularon unas cuantas fotografías subidas de tono, entró a terciar en este “equipo” Ismael Vázquez, un amigo de los internos que estaba libre, y fue éste quien contactó con las menores, a quienes les exigió que vayan al encuentro de Pereira y López; de lo contrario, las fotografías iban a llegar a manos de los padres de las jóvenes, dos hermanas de 14 y 17 años.
Las menores fueron llevadas hasta la cárcel y allí fueron víctimas de abuso sexual. Estas visitas al reclusorio se repitieron varias veces, hasta que en octubre de 2010, el caso fue denunciado y se descubrió la red de prostitución y pornografía infantil que se montó en el pabellón religioso.
La fiscala Teresa Martínez tomó intervención en el caso y se procesó a Jorge Pereira y Feliciano López, mientras que se ordenó la captura de Ismael Vázquez.
Después vino la imputación contra el director de la cárcel, Julio Acevedo, y los pastores religiosos Horacio Daniluk y Félix Duarte. Finalmente, también se procesó a los guardiacárceles Juan Agustín Gómez Franco, Néstor Fabián Pereira, Freddy Fleytas y Carlos Eduardo Alcaraz.
A decir de la Fiscalía, todos, en mayor o menor grado, tuvieron participación en el caso investigado.
Sin embargo, a pocos meses de haberse iniciado el proceso, la misma fiscala Teresa Martínez pidió el sobreseimiento de los pastores Daniluk y Duarte Dupont por no contar con pruebas suficientes para determinar la culpabilidad de ambos en el proceso que se inició.
También Ismael Vázquez se dio por detenido y su declaración fue vital para que la Fiscalía pudiera saber qué ocurrió en el caso investigado. Finalmente, también Vázquez quedó al margen de la causa principal.
Los guardias tampoco pudieron ser acusados y, de esta manera, Pereira, López y Acevedo son los que actualmente están ligados al proceso.
A cuatro años de haberse abierto el proceso, todavía no se tiene fecha para el juicio oral y público. El expediente tuvo que superar varios incidentes dilatorios y todavía no se sabe el destino que tendrá.
Se especula que se podría solicitar la extinción de la causa, pero todavía no está claro el camino que debe transitar el caso.