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Si bien reconocen que los tres primeros meses son insuficientes para evaluar el desempeño que tendrá el gobierno, hay indicios buenos y malos y otros que consideran necesarios de ser atendidos.
Entre los bueno destacan “las iniciativas contra el crimen organizado (...), indican que aparentemente existe un diálogo acertado de la crítica situación que vive el país y la importancia de abordar con determinación y firmeza el problema”.
También valoran el acompañamiento de esta lucha con propuestas legislativas con iniciativa del Ejecutivo para “enfrentar a las organizaciones criminales, que se han apoderado del país mediante sus vínculos con el poder político y económico”.
También aprecian una intención de renovación aparentemente real de la Justicia a través de la designación de dos nuevos ministros “sin interferencias desde el Poder Ejecutivo” y también consideran que hay una “disposición favorable a la transparencia y la rendición de cuentas”.
“Lamentamos que el presidente Mario Abdo no haya revertido la entrega que significó y significa seguir adelante con las notas reversales que claramente violan los objetivos del tratado de Yacyretá y sienta un precedente nefasto para negociaciones futuras con el Brasil sobre Itaipú”, cuestionan sobre el acuerdo suscrito entre el expresidente Horacio Cartes y el actual mandatario argentino Mauricio Macri, considerado de entreguista por varios sectores sociales y políticos de nuestro país.
Sobre el aspecto impositivo, donde ya hay una intención de plantear una reforma dialogada con el Congreso, el PDP nota que “el gobierno aparentemente pretende continuar con el modelo anacrónico y desfasado que privilegia a los que tienen más y se fundamenta en aportes de los que tienen menos”.
Según el partido de oposición, esto también impediría revertir la desigualdad social, al no haber una buena distribución del crecimiento macroeconómico y además de que cuestiona que el país se siga endeudando.
Como desafío, el PDP plantea entablar diálogos con todas las fuerzas políticas del país y generar amplios consensos para luchar contra problemas como el crimen organizado, pero sobre todo para finalmente concretar una “democracia de calidad” y liderar las reformas necesarias para una mejor calidad de vida de los compatriotas.