El milagro del cese de la pandemia será plegaria a la Virgen de Caacupé

Los católicos honran a la Virgen de Caacupé. La atípica celebración, marcada por la pandemia del covid-19, impide hoy a los devotos estar en torno a su imagen. No obstante, el clamor que se elevará al cielo desde los hogares será el cese de la pandemia.

Así lucía ayer la Basílica de Caacupé y sus alrededores, que ya fue vallada para que los devotos de la Virgen no lleguen hasta el templo. La misa de hoy será a puertas cerradas e irá por los medios de comunicación.
Así lucía ayer la Basílica de Caacupé y sus alrededores, que ya fue vallada para que los devotos de la Virgen no lleguen hasta el templo. La misa de hoy será a puertas cerradas e irá por los medios de comunicación.

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Sin fieles de la Virgen, Caacupé será hoy la atracción en los medios de comunicación. La pandemia del covid-19 dijo no a las celebraciones presenciales, pero para los paraguayos, la fe en la mediadora de los milagros no cambia y por más que en esta ocasión no haya el encuentro en torno a su imagen, desde los hogares se elevarán las plegarias por el fin de la pandemia, para que el próximo año se reediten las multitudinarias concentraciones.

Durante el novenario, algunos miembros de la jerarquía, como el obispo de San Pedro Apóstol, Pedro Jubinville, así como el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, han cuestionado seriamente las restricciones del Gobierno. Las autoridades designaron hasta fiscales para contener a los peregrinos, sin embargo días atrás se realizaron manifestaciones de piqueteros, de otros sectores sociales y de seccionaleros que ni inmutaron a la fiscalía y a las autoridades a “dispersar” sus manifestaciones. Se dio a entender que para el ministro Euclides Acevedo y para la fiscala general Sandra Quiñónez, solo los peregrinos eran el peligro para la propagación del virus.

Misa a las 7:00

De acuerdo al programa, la fiesta de la Inmaculada Concepción o de la Virgen Caacupé, comenzará a las 7:00 a puertas cerradas, antes habrá una breve procesión en el interior de la basílica.

La celebración mariana será presidida por el obispo diocesano, monseñor Ricardo Valenzuela, quien en su homilía resaltará la fiesta y los males que envilecen al Paraguay, como la corrupción y la impunidad. Una mención especial tendrá la pandemia que impacta en el país. Habrá serios cuestionamientos al manejo de la millonaria deuda contraída para combatir sus efectos, sin embargo, hasta hoy los hospitales aún presentan deficiencias como la falta de insumos básicos para enfrentar la situación.

Este año pagar una promesa será virtual, que mirando desde la fe, también será recibida y comprendida por la Virgencita. Las grandes peregrinaciones estarán ausentes. Las energías se reservarán para cuando la ocasión amerite para así llegar nuevamente ante la protectora a pie, en bicicletas, vehículos y carretas.

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