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Esto también afectó a los comerciantes del microcentro, los cuales se vieron afectados porque la gente no pudo acudir a sus locales a realizar compras.
Al respecto, Blas Sosa, director de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción (PMT), reconoció que mucho no pueden hacer para evitar la congestión ya que los labriegos no tienen una hoja de ruta definida y eso complica la prevención.
Expresó que “lo ideal” es planificar el trayecto de la marcha para evitar la congestión en el tránsito, pero señaló que “esta gente es impredecible. No hay un límite, nadie le pone límite, nadie le pone rutas, nadie le pone control”, lamentó, al tiempo de reprochar la pasividad con que la Policía permitió, por ejemplo, el ingreso de camiones de gran porte al microcentro, una cuestión que está prohibida, explicó.
“Algunos escuchan radio, buscan otra cosa y no buscan información. La gente empieza a putear de la rabia, la impotencia, por el desorden en el que está metido. No podemos prometer solucionar el tema, porque en condiciones normales se genera caos; si hay bloqueos es mucho más difícil”, manifestó Sosa.
Sosa reiteró que es la Policía la que debe establecer los límites de la marcha y agregó que, en su opinión, es la Fiscalía la que debe actuar de oficio para remolcar los camiones de las zonas prohibidas.
“Para toda la ciudad, en un turno, tenemos 100 agentes. Haremos lo mejor que podamos para tratar de suavizar lo que pueda ocurrir”, concluyó Sosa.
Se vio a varios agentes de la PMT dirigiendo el tránsito en varias bocacalles. Por su parte, la Policía Nacional resguardó algunas partes y en otros puntos simplemente parecían que apoyaban la marcha porque no se animaba a habilitar el tránsito.
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