Relaciones del Ejecutivo con el Congreso se van deteriorando

La relación del presidente Mario Abdo Benítez con el Congreso en sus dos años de gestión tuvo vaivenes. Comenzó con alianzas con sectores opositores para buscar un equilibrio, pero eso duró poco tiempo. Las relaciones se van tensando cada vez más y no se avizora un cambio.

Mario Abdo Benítez en su mensaje al Congreso y la Nación de 2019, cuando aún las relaciones entre poderes pasaban por una etapa de relativa tranquilidad.
Mario Abdo Benítez en su mensaje al Congreso y la Nación de 2019, cuando aún las relaciones entre poderes pasaban por una etapa de relativa tranquilidad.

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La disputa interna con el cartismo llevó al presidente a inicio del mandato a establecer alianzas con sectores de la oposición: los liberales llanistas, el PDP y Hagamos. En el primer año del Congreso, representantes de su movimiento, Colorado Añetete, presidieron las mesas directivas del Senado y la Cámara de Diputados: Silvio Ovelar y Miguel Cuevas.

Este primer periodo, estuvo marcado por la fuerte confrontación interna con el cartismo. Pese a que Abdo Benítez se declaró prescindente, Horacio Cartes y su entorno lo responsabilizaron de la maniobra que impidió al expresidente asumir una banca en el Senado.

El segundo año, el liberal Blas Llano asumió en el Senado, con el respaldo de votos colorados mientras en la Cámara de Diputados lo hacía el cartista y presidente de la ANR Pedro Alliana, con quien Abdo mantenía ya relaciones cordiales.

El Congreso no tuvo una actitud de confrontación con el Ejecutivo, en parte porque en el Senado, donde son mayoría, siempre estuvieron divididos, especialmente porque los liberales llanistas optaron siempre por acordar con el oficialismo.

Esta falta de cohesión de las bancadas opositoras le evitó males mayores al mandatario y fue clave para salvarlo en junio de 2019 del juicio político en el episodio conocido como “el acta entreguista de Itaipú”.

El casi juicio político también influyó para un acercamiento entre Colorado Añetete y Honor Colorado, con el impulso a una “operación cicatriz”, liderada por uno de los mentores de Abdo Benítez: José Alberto Alderete. En general, las iniciativas del Ejecutivo no fueron obstruidas en el Congreso, como se verificó este mismo año con el respaldo legislativo al endeudamiento externo que planteó el Gobierno para enfrentar al covid-19. Esta situación comenzó a cambiar en las últimas semanas debido a los episodios de corrupción con las compras de medicamentos e insumos hospitalarios. Ahora se suceden las críticas a Abdo Benítez desde el Parlamento achacándole falta de liderazgo y firmeza.

La operación cicatriz significa supuestamente la unidad colorada. Sin embargo, el Ejecutivo tiene un escenario adverso y ni siquiera tiene control sobre los votos de los senadores de su movimiento.

Abdo Benítez puede encontrar mayor resistencia a sus iniciativas a partir de ahora, lo cual complicará sus próximos tres años de mandato.

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