El jubilado se encontraba el miércoles en una estación de metro cuando llamó la atención de un transeúnte, intrigado por una jeringuilla que tenía clavada el anciano en el brazo izquierdo.
Acompañó al anciano, un tanto confuso, a las autoridades del metro, que llamaron a la policía.
“Tras varias llamadas telefónicas, resultó que el jubilado se había fugado de una clínica”, indicó un comunicado policial. “Reconoció que se dirigía a una gran cervecería para celebrar sus cumpleaños”, añadió.
Según la policía, fue acompañado a su clínica y los médicos le autorizaron a tomarse una buena cerveza.