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La información fue publicada por Washington Post. La anestesista, una de las que fue hallada culpable, Tiffany Ingham, le dijo al paciente mientras estaba anestesiado: “Después de hablarte cinco minutos en el preoperatorio, te quería pegar en la cara”. Luego también le dijo – cuando el paciente se movía – “¿Qué estás mirando, retardado?”.
A esto se sumaron otros insultos de los que hacían el procedimiento. Una corte de Fairfax dictaminó que se debía pagar al paciente – identificado como D.B. – US$ 500.000 por “mala praxis”. Un abogado de nombre Lee Berlik, especializado en leyes de difamación, dijo que “nunca había visto un caso como este”.