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El Castillo Palmerola es admirado por sus majestuosas dimensiones y delicados rincones. Comenzó a construirse a finales del siglo XIX, y varios dueños pasaron por sus galerías y reformaron su estilo reiteradas veces.
Finalmente, en el año 1904, quien fuera por entonces su propietaria, Carlota Palmerola, lo inauguró con restauraciones que destacan el castillo como una de las obras arquitectónicas más llamativas en toda la ciudad.
Carlota Ayala de Palmerola, más conocida como Carlota Palmerola, contrajo matrimonio con Toribio Palmerola, un correntino que se instaló en el país luego de la Guerra de la Triple Alianza. Fue una mujer abnegada que supo llevar su vida con coraje y valentía, y constituyó ejemplo de trabajo y generosidad.
En 1959, la hija de Carlota, Antolina Palmerola Ayala, donó dos hectáreas de tierras aregüeñas a las Hermanas Dominicas, incluido en ellas el Castillo Palmerola, hoy por hoy, una casa deshabitada y cuidada con el mejor esfuerzo de tan solo cinco hermanas del convento.
Las mismas abrirán al público las puertas del museo el próximo domingo 11 de noviembre.
Invitamos al lector a recorrer la historia de este castillo con una breve reseña acerca de la vida de los Palmerola a través un especial multimedia elaborado por la periodista Susana Alen y el editor Iván Schvartzman.