El Servicio Geológico de Estados Unidos, que registra la actividad sísmica en todo el mundo, situó el epicentro en el mar, a 9 kilómetros de profundidad y 24 kilómetros de la isla de Macquarie y 1.112 kilómetros de la ciudad neozelandesa de Invercargill.
La isla de Macquarie se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra cerca de 14.000 terremotos cada año, de los que entre 100 y 150 tienen la suficiente intensidad como para ser percibidos.