Centenares de neoyorquinos de todas las edades, en su mayoría mujeres, protestaron hoy en la conocida plaza de Foley Square, a pasos de las cortes y del Ayuntamiento, convocados por una coalición de organizaciones.
Los manifestantes portaban letreros con mensajes como “Sobreviví un aborto ilegal en Alabama en 1969. Nunca jamás”, “Un embarazo y maternidad forzada es esclavitud”, o “Regulen las armas, no mi útero”.
Otras acudieron con perchas y el mensaje “no volvamos a esto” en un dramático recordatorio del peligro que corren muchas mujeres si tuvieran que volver a recurrir a este objeto para provocarse un aborto ante las prohibiciones que están surgiendo.
Los manifestantes contaron con el respaldo de la primera dama de la ciudad, Chirlane McCray, quien afirmó que la lucha va más allá de Alabama o Georgia.
“Estas prohibiciones están fuera de control. Esta lucha es acerca de ti, y todos nosotras, mujeres trabajadoras, mujeres de color, inmigrantes, transgénero, amigos no binarios y toda nuestra familia”, indicó.
“Estos políticos creen que no tenemos el poder de detenerlos. A ellos les digo que las mujeres somos más de la mitad de la población. Las mujeres les trajeron a este mundo y les podemos sacar. Demostrémosle lo que las mujeres podemos hacer”, agregó McCray.
Miles de personas se citaron este martes en más de 400 ciudades de EE.UU. para defender el derecho al aborto, en un gesto masivo de rechazo a una ola de leyes estatales diseñadas para forzar al Tribunal Supremo a replantearse la decisión que en 1973 legalizó la interrupción del embarazo en todo el país.
El veto al aborto en Alabama, que no contempla excepciones ni siquiera en casos de violación o incesto y amenaza con la cadena perpetua a los médicos que practiquen interrupciones del embarazo, desafía abiertamente la decisión adoptada por el Supremo hace 46 años, llamada “Roe versus Wade”.
Misuri será el siguiente estado del país en sumarse a la corriente antiabortista, siguiendo los pasos de Kentucky, Misisipi, Ohio, Iowa, Dakota del Norte y Georgia, que lo prohíben una vez que se detecta el latido del corazón del feto, lo que puede ocurrir en la sexta semana del embarazo.