Esta manifestación, organizada por un colectivo de grupos de izquierda y ultraizquierda, es la más importante de los opositores a la guerra desde el comienzo de la ofensiva israelí el 8 de julio.
Los participantes se reunieron en la plaza Yitzhak Rabin pese a una orden de la policía que había anunciado varias horas antes que la manifestación estaba prohibida “por razones de seguridad”, sobre todo por el temor de los disparos de cohetes desde Gaza.
Los manifestantes enarbolaron numerosas pancartas en las que podía leerse: “Hay otra vía diferente a la guerra”, “Liberen Gaza, déjenlos vivir”, refiriéndose a los habitantes de la franja, “Stop a la guerra de ocupación” de Cisjordania.
Una de las organizadoras, Ifat Solel, militante del Meretz, un partido de oposición de izquierda, explicó que esta manifestación buscaba hacer comprender que “no puede haber una solución militar, sino únicamente política. No hay que tener miedo de la paz”.
La policía desplegó importantes efectivos en torno a la plaza para contener a varios centenares de contra-manifestantes de ultraderecha y evitar los enfrentamientos.