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En el ataque perpetrado con explosivos y balas a quemarropa resultaron heridas otras 124 personas, entre ellas 121 menores de edad.
La condena mundial al acto terrorista fue unánime. Malala, la adolescente paquistaní que acaba de recibir el Nobel por la Paz y a quien intentaron matar los mismos talibanes, habló de “un ataque atroz y vil”.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó la “depravación” de los atacantes y el secretario general de la ONU, Ban Ki moon, definió el hecho como “un acto de cobardía”. Parecía un día como otros en la Escuela Pública del Ejército, una estructura en el noroeste del país que alberga a cientos de estudiantes entre los 6 y los 17 años, cuando en torno a las 10:30 (5:30 GMT) literalmente “se desató el infierno”.
Un comando de siete milicianos fuertemente armados, uno de ellos al menos suicida, penetró en el campo del instituto escolar que se encuentra en Warsak Road, vestidos con uniformes militares falsos y tomaron como rehenes a un grupo de jóvenes en la zona del auditorio.
Mientras eso sucedía, el vocero del TTP, Muhammad Khorrasani, reivindicó el ataque afirmando que se trataba de una “venganza” por los tantos militantes talibanes capturados y muertos en los territorios tribales durante las operaciones militares de estos meses en el norte de Waziristan y en la Khyber Agency.
“Hemos elegido con atención el objetivo a atacar en nuestro atentado”, afirmó el mensaje, porque “el gobierno está tomando en la mira nuestras familias y nuestras mujeres. Queremos que sientan el mismo dolor”.
Luego, para destacar la ferocidad del ataque, uno de los miembros del comando se hizo explotar entre la gente, causando decenas de víctimas.
En un escenario de gran confusión y terror, muchas personas lograron ponerse a salvo para contar a los medios los horrores de los cuales fueron testigos.
Impertérritos, los milicianos continuaron su misión homicida con las armas en mano aula por aula, disparando a quemarropa contra cualquiera que se les cruzara.
“Como en una macabra procesión seis o siete de ellos entraron a las aulas y dispararon contra los profesores y alumnos con un tiro”, contó Musdassar Abbas, técnico del laboratorio de física de la escuela.
Una fuente del ejército contó a la cadena estadounidense NBC que los terroristas dispararon a un docente y obligaron a los niños a mirarlo mientras moría.
“Entraron a la clase y lanzaron gasolina sobre el cuerpo y le prendieron fuego”, aseguró un testimonio.
Durante todo el ataque los talibanes hicieron explotar bombas rudimentarias, al menos 12, que hicieron aún más dramática la situación.
Posteriormente, de a poco las fuerzas de seguridad tomaron el control de los cuatro edificios escolares, y mataron a todos los atacantes, con lo cual se puso fin al plan cruel.
El premier paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el asalto y dijo que la campaña militar en Waziristan del Norte, lanzada a mitad de junio, “continuará hasta que sean eliminados todos los terroristas”.