El objetivo de la movilización es que se disminuya o elimine el impuesto a las ganancias, un gravamen con fuerte incidencia en los salarios.
Otro de los dirigentes de la protesta, Juan Carlos Alderete, detalló que se organizarán "unos 160 piquetes (bloqueos de rutas) en todo el país, y de ellos 16 serán en el conurbano", en los puntos de ingreso de la poblada periferia a la capital argentina.
La huelga fue convocada por esa franja de la CTA y un sector de la dividida central sindical peronista CGT, encabezada por Hugo Moyano, líder del poderoso gremio de los camioneros y aliado hasta 2011 de la presidenta Kirchner.
La otra corriente de la CGT, que reúne a los principales gremios industriales, y el otro sector de la CTA (con mayoría de docentes), se alínean con la mandataria.
El viceministro de Seguridad, Sergio Berni, advirtió que los organizadores de la huelga "quieren generar el caos" por los bloqueos a los ingresos a Buenos Aires y sostuvo que "pretenden una reacción del gobierno que no la van a tener".
"Entendemos que no es el modo de protesta, (pero) no vamos a responder a las diferentes provocaciones", dijo Berni al canal de noticias C5N.
El paro sindical se llevará a cabo 13 días después de una multitudinaria movilización con mayoritaria participación de sectores de clase media en rechazo a los planes de una segunda reelección de la presidenta y contra la inseguridad.