“Creo que fue un gran acierto. Lo que estábamos viendo allí era un gran pérdida de control progresiva (...) Teníamos incendios en edificios, trabajadores acorralados dentro de esos edificios, la situación se estaba saliendo de control, no sé donde iba a parar”, afirmó el ministro en una entrevista en la emisora CBN.
El presidente Michel Temer autorizó en la víspera la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles de la capital hasta el próximo 31 mayo tras las manifestaciones que exigieron la renuncia del mandatario, implicado en un grave escándalo de corrupción.
No obstante, el ministro aseguró que hoy será evaluada de nuevo la situación en una reunión con el mandatario y en caso de que haya un ambiente de “tranquilidad” y no “exista ningún foco de resistencia” recomendarán la retirada de las tropas.
Las concentraciones se desarrollaron de manera pacífica hasta que llegaron al Congreso, donde comenzaron una serie de incidentes violentos que posteriormente se expandieron a lo largo de la avenida en la que se concentran los ministerios, siendo algunos de ellos atacados.
“Los responsables de este tipo de vandalismo tienen que ser identificados. Hay que identificar si tienen organizaciones o son solo individuos, pero tienen que pagarlo. Es patrimonio público, pertenece al pueblo brasileño y es inaceptable. Eso no tiene nada que ver con la manifestación democrática”, apuntó Jungmann.
La polémica medida que sacó a las calles del Distrito Federal 1.300 militares del Ejército y 200 fusileros navales fue criticada por la oposición y por algunos juristas. En opinión del ministro, el uso de las Fuerzas Armadas fue necesario porque la Policía “no consiguió dar cuenta de la violencia y de la cantidad de manifestantes violentos que había”.
El resultado de las manifestaciones fue de al menos 49 heridos y 7 detenidos, y aunque originalmente fueron convocadas para protestar contra las reformas económicas emprendidas por el Ejecutivo, ante el último escándalo también se sumó la consigna “Fuera Temer”.
Temer está contra las cuerdas después de que la Corte Suprema abriera una investigación en su contra a petición de la Fiscalía, que sospecha que el gobernante pudo haber participado de delitos de corrupción, obstrucción a la Justicia y organización criminal.
La Fiscalía se basa en las confesiones de los directivos de la cárnica JBS, quienes acusaron a Temer de recibir coimas desde 2010, aportaron una explosiva grabación con el jefe de Estado y revelaron que pagaron sobornos a más de 1.800 políticos de 28 partidos a cambio de favores para la compañía.