Confrontados a la crisis, los portugueses emigran a Angola o a Brasil

LISBOA. Rita optó por Brasil pero su padre Homero prefiere Angola.

La actitud de la familia Costa es una muestra de la decisión de numerosos portugueses que, enfrentados a una situación económica precaria, abandonan su país afectado por la grave crisis financiera."En Portugal, los próximos años serán muy difíciles. No consigo encontrar trabajo con un salario que me permita vivir", afirma la joven, que no tiene otra posibilidad que vivir en casa de sus padres en Lisboa.

"Tengo infinidad de amigos en la misma situación, o bien ya se fueron, o tienen pensado hacerlo. Incluso tengo algunos que me piden que lleve sus currículum vitae para distribuirlos cuando llegue a Brasil", confía.

Como Rita, son cada vez más numerosos los que quieren dejar el país. Oficialmente, su número alcanzaba los 30.000 en 2010, pero según Rui Pena, coordinador científico del Observatorio de la migración, este número podría ser superior a los 70.000 para una población activa de poco más de 5 millones de personas.

Desde 2010 y actualmente bajo asistencia financiera internacional, Portugal ve sucederse los planes de rigor cuando las perspectivas se anuncian sombrías: en 2012, la economía debería registrar una disminución de un 2,8% del PIB, y el desempleo alcanzar el nivel récord de 13,4%, afectando en particular a los jóvenes.

En este contexto, la migración aparece para muchos como una opción evidente, sobre todo en un país donde este fenómeno está vinculado estrechamente a su historia.

En los años 60 y 70, después de Francia, Bélgica y Luxemburgo, las antiguas colonias portuguesas, encabezadas por Brasil y Angola, figuraban entre los destinos preferidos por los portugueses, no sólo debido a la comunidad cultural entre países luso hablantes, sino también por su vitalidad económica.

"Esos países ofrecen hoy oportunidades que no se encuentran en Portugal: mejores condiciones de trabajo, salarios ampliamente superiores", multiplicados a veces por tres o cuatro, explicó a la AFP Herminio Santos, autor de una guía para los que desean instalarse en Angola.

"En Angola, los sectores que contratan son numerosos. Van de la hotelería a la finanza, pasando por las tecnologías de la información y la gestión. La experiencia y los conocimientos de los portugueses son muy apreciados", subrayó.

La economía angoleña en plena expansión, principalmente gracias al petróleo, debería registrar en el año próximo un crecimiento de 12% después de largos años de una guerra civil que terminó en 2002.

La gran mayoría de los portugueses que parten a Angola van con un contrato de trabajo, lo que facilita la obtención de la visa. Por el contrario, para Brasil, no necesitan visa para la estadía turística y pueden buscar trabajo en el terreno.

"Para la visa de trabajo, me informaré al llegar a Brasil", afirma Rita, bien decidida a aprovechar el formidable auge económica que se anuncia con el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Su padre, Homero Costa, es el primero que la alentó a partir. Este hombre de 61 años posee una empresa de albañilería con 80 trabajadores, la que prevé cerrar para emigrar.

"Quizás a Angola, que ya conozco", comenta, antes de hacer notar que según su punto de vista, en Portugal "no habrá muchas inversiones ni grandes obras públicas en los próximos años".

 Según las últimas cifras del Observatorio de la migración, en 2009 más de 23.700 personas emigraron hacia Angola, donde residen ya 100.000 portugueses. En Brasil, su número se estima en 213.000.

Estos países atraen esencialmente mano de obra calificada así como jóvenes en busca de un primer empleo. Los arquitectos e ingenieros figuran entre los oficios más solicitados.
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