Los chilenos hicieron sonar, este domingo, ollas y sartenes ("cacerolazos") y apagaron las luces quince minutos en varias ciudades en protesta del proyecto hidroeléctrico Hidroaysén impulsado por la filial chilena de Endesa que contempla la construcción de cinco represas en la Patagonia.
Las manifestaciones tuvieron lugar en Concepción, Chillán, Valparaíso, Temuco, Coyhaique, Puerto Montt, Valdivia, Viña del Mar y Santiago.
En algunas ciudades, las personas salieron a las calles y golpearon sus cacerolas y sartenes mientras otros lo hicieron desde el interior de sus viviendas.
La información proporcionada a los periodistas por los carabineros (policía militarizada) , la ruidosa protesta se desarrolló en un ambiente familiar y de normalidad.
En Coyhaique, donde se votó el criticado proyecto, las personas se reunieron frente a la catedral donde hicieron sonar sus cacharros de cocina.
Esta noche, además, muchos chilenos apagaron durante quince minutos las luces de sus casas en la capital del país y localidades vecinas, también en protesta por el proyecto eléctrico.
El pasado lunes, doce funcionarios gubernamentales de la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Aysén, a unos 1.800 kilómetros al sur de Santiago, votaron a favor del estudio de impacto ambiental de Hidroaysén, impulsado por las empresas Endesa Chile, filial de Endesa España, y por la chilena Colbún.
El proyecto de 2006 y aprobado el pasado lunes, contempla la construcción de cinco represas en el cauce de los ríos Pascua y Baker, en la Patagonia chilena, con una inversión de 3.200 millones de dólares, y prevé generar en total una media anual de 18.430 gigavatios por hora.
Los "cacerolazos" se originaron durante la dictadura militar (1973-1990), período en que la gente no podía manifestarse por miedo a la represión, aunque lo hacían desde el interior de sus viviendas y con todas sus luces apagadas.
En algunas ciudades, las personas salieron a las calles y golpearon sus cacerolas y sartenes mientras otros lo hicieron desde el interior de sus viviendas.
La información proporcionada a los periodistas por los carabineros (policía militarizada) , la ruidosa protesta se desarrolló en un ambiente familiar y de normalidad.
En Coyhaique, donde se votó el criticado proyecto, las personas se reunieron frente a la catedral donde hicieron sonar sus cacharros de cocina.
Esta noche, además, muchos chilenos apagaron durante quince minutos las luces de sus casas en la capital del país y localidades vecinas, también en protesta por el proyecto eléctrico.
El pasado lunes, doce funcionarios gubernamentales de la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Aysén, a unos 1.800 kilómetros al sur de Santiago, votaron a favor del estudio de impacto ambiental de Hidroaysén, impulsado por las empresas Endesa Chile, filial de Endesa España, y por la chilena Colbún.
El proyecto de 2006 y aprobado el pasado lunes, contempla la construcción de cinco represas en el cauce de los ríos Pascua y Baker, en la Patagonia chilena, con una inversión de 3.200 millones de dólares, y prevé generar en total una media anual de 18.430 gigavatios por hora.
Los "cacerolazos" se originaron durante la dictadura militar (1973-1990), período en que la gente no podía manifestarse por miedo a la represión, aunque lo hacían desde el interior de sus viviendas y con todas sus luces apagadas.