Según un comunicado de la Defensoría del Pueblo, los combates se produjeron en el corregimiento del Bajo Calima, una zona rural del interior de Buenaventura con fuerte presencia guerrillera y utilizada como un corredor estratégico para el tráfico de drogas y armas.
Las 157 familias se desplazaron al centro urbano de Buenaventura, donde se encuentran en la sede de la Unidad de Atención al Desplazado, aunque las autoridades plantean albergarlos en un barrio que sufre una guerra entre bandas narcoparamilitares rivales, denunció la Defensoría.
En lo corrido del año, más de medio centenar de personas han sido asesinadas en esta ciudad de 500.000 habitantes a causa del enfrentamiento entre las bandas Los Urabeños y La Empresa, una facción local de otra llamada Los Rastrojos.
Además, este fin de semana se han registrado dos nuevos casos de descuartizamiento que en los últimos meses ya suman una quincena, unos hechos que han estremecido al país.