El juicio de apelación empezó en ausencia de los abogados de la defensa, a los que el acusado pidió no asistir a la audiencia.
“He prohibido a mis abogados que vengan a defenderme” , declaró Carlos en francés al iniciarse el proceso poco antes de las 09H00 GMT en el tribunal especial de apelación de París.
Ni los dos defensores franceses de Carlos, Isabelle Coutant-Peyre y Francis Vuillemin, ni los abogados extranjeros que deseaban defenderlo estaban en el tribunal.
“No es contra el tribunal (1/8)...(3/8) no tengo ninguna intención de sabotear el proceso” , explicó Carlos, que califica de “sabotaje” la negativa de las autoridades venezolanas de asumir los gastos de su defensa en este juicio.
Por ello, pidió que sean designados abogados de oficio para representarlo y que el proceso pueda realizarse.
Esos abogados “no conocerán el legajo, pero yo lo conozco. Esto debilitará un poco la defensa, pero nos las arreglaremos” , aseguró.
No obstante, los abogados designados de oficio pueden negarse a defenderlo, lo que acarrearía un aplazamiento del juicio.
Carlos, de 63 años, comparece solo ante el tribunal especial de apelación de París, compuesto por magistrados profesionales especializados en juicios por “actos de terrorismo” . Si no es aplazado, se prevé que el juicio dure hasta el 26 de junio.
La alemana Christa Frohlich, de 70 años, que vuelve a ser juzgada por un solo atentado tras haber sido absuelta en primera instancia, informó al tribunal que no cuenta desplazarse desde Alemania, donde vive actualmente.
Carlos está encarcelado en Francia desde su detención en Sudán en agosto de 1994. Declarado culpable en 1997 tras un primer juicio por el asesinato en París de tres hombres, entre ellos dos policías, el venezolano ya ha sido condenado definitivamente a cadena perpetua.
En diciembre de 2011, la justicia francesa lo condenó de nuevo a cadena perpetua, con una pena de seguridad de 18 años, por cuatro atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 que causaron 11 muertos y cerca de 150 heridos.
Carlos apeló ese veredicto y el que empieza el lunes es el juicio de apelación por esos cargos. En primera instancia, el venezolano negó estar implicado en esos atentados, aunque reivindicó su condición de “revolucionario profesional” , un “combate” en el que mató a “1.500 o 2.000” personas.
En los años 1970, Carlos se convirtió en una figura de la lucha armada propalestina y participó en numerosas operaciones espectaculares, entre ellas la toma de rehenes de 11 ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena en diciembre de 1975.