“El aumento de temperaturas incrementa la probabilidad de impactos severos, generalizados e irreversibles” en todo el mundo, apunta el quinto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas inglés), ganador del Premio Nobel de la Paz en 2007.
El informe del IPCC es el resultado de un intenso trabajo -más de 12.000 publicaciones fueron estudiadas- y constituye el informe científico más completo desde el informe de 2007.
Si no se consiguen atajar esas emisiones de gases con efecto invernadero, el coste podría elevarse a billones de dólares en daños a ecosistemas y a propiedades, en sistemas para protegerse del impacto de esos cambios.
Los efectos del cambio climático ya se están empezando a notar y empeorarán con cada grado centígrado de aumento de la temperatura.
“El mensaje es claro. Si se logra limitar el calentamiento a 2 grados, se evitarán impactos mayores”, dijo el climatólogo Jean Jouzel, miembro del buró del IPCC.
“La parte de la población mundial enfrentada a penurias de agua o afectadas por importantes inundaciones va a ser mayor”, advirtió Jouzel.
“No estamos preparados frente a los riesgos vinculados al cambio climático”, dijo por su parte el argentino Vicente Barros, copresidente del grupo de científicos autores del informe.
Las hambrunas podrían ser especialmente severas en los países tropicales y subtropicales. La Amazonía es uno de los ecosistemas que más puede verse perjudicado, junto a los polos, los pequeños Estados insulares en el Pacífico y los litorales marítimos de todos los continentes.
El informe, de miles de páginas, detalla los efectos por regiones. En Sudamérica y América Central, los retos son la escasez de agua en áreas semiáridas, las inundaciones en zonas urbanas superpobladas, la caída de la producción alimentaria y de su calidad y la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Las ciudades latinoamericanas deben prepararse para modificar sus planes de urbanismo y de tratamiento de aguas. La producción agrícola deberá adaptarse a los periodos de sequía o de grandes lluvias, con granos más resistentes.
Las zonas de selva virgen deberán mantener a raya la presión de los asentamientos humanos.
El informe “es un libro de instrucciones para enfrentarse al cambio climático, pero también representa un marco para entenderlo, para entender sus implicaciones”, explicó Chris Field, del Instituto Carnegie, copresidente del IPCC.
El informe de 2007 le valió al IPCC el Premio Nóbel de la Paz, pero su éxito no consiguió movilizar suficientemente las conciencias. La reunión internacional de Copenhague, en 2009, para forjar un pacto contra el cambio climático, fracasó estrepitosamente.
El nuevo documento, publicado en Yokohama tras cinco días de reuniones, detalla de forma más extensa el alcance del problema, que se aceleró a partir del siglo XX.
Las temperaturas subirán entre 0,3ºC y 4,8ºC este siglo, lo que se añade a los 0,7ºC calculados desde que se inició la Revolución Industrial.
El nivel de los mares aumentará entre 26 y 82 centímetros hasta 2100.
El aumento de temperaturas recortará el crecimiento económico mundial entre un 0,2% y un 2% anual, calculan los científicos. El IPCC reclama un pacto mundial de aquí a finales de 2015 para limitar a 2ºC ese aumento en el siglo actual.
Los impactos aumentan con cada grado centígrado y más allá de 4ºC podrían ser desastrosos, advierte el texto.
El cambio climático puede provocar más conflictos regionales, a causa de las migraciones de poblaciones afectadas por las inundaciones y de la competencia para monopolizar agua y comida.
“El cambio climático tiene tendencia a actuar como un multiplicador de amenazas”, explicó Field.
“Hay muchas cosas que fragilizan a la gente, y cuando combinas un shock climático con esos factores, los resultados pueden ser malos”, explicó.
En Europa y Asia es probable que las temporadas y las cantidades de lluvia registren cambios dramáticos.
Eso tendrá un impacto también en las cosechas de trigo, arroz o maíz. Especies de plantas o animales podrían desaparecer.
Pero son sobre todo los países pobres los que sufrirán las peores consecuencias.
El informe señala que el calentamiento es imparable pero puede ser reducido de forma drástica si el ser humano controla las emisiones de CO2. Algunas medidas que pueden aplicarse en lo inmediato son “baratas y fáciles”, como reducir el derroche de agua, la extensión de zonas verdes en las ciudades, y la prohibición de asentamientos humanos en áreas de alto riesgo.