En Alemania estalló el escándalo y es aquí precisamente donde se ha sabido que Böhmermann ya conocía desde hacía semanas de la existencia del vídeo. Böhmermann, el mismo al que denunció el presidente turco Recep Tayyip Erdogan por llamarle “follacabras”, dejó caer el pasado jueves en su programa satírico semanal Neo magazin royal, del canal público nacional ZDF, una frase aparentemente irrelevante sobre el país vecino en medio de una entrevista.
“Puede ser que mañana arda Austria", dijo sin venir mucho a cuento y sin dar más explicaciones, provocando alguna risa despistada. Y al día siguiente estalló el escándalo cuando dos medios alemanes, el “Süddeutsche Zeitung” y “Der Spiegel”, publicaron la exclusiva de un vídeo de cámara oculta en una mansión en Ibiza (España).
En ese video Strache, líder del Partido de la Libertad (FPÖ) , aconsejaba a la supuesta sobrina de un oligarca ruso cómo donar dinero de forma ilegal a su formación y le sugiere que se haga con el control del Kronen Zeitung, el diario más influyente de Austria.
Apenas unos minutos más tarde Böhmermann colgaba en su perfil en Twitter un enlace al videoclip del grupo holandés Vengaboys “We're going to Ibiza”, sin hacer ningún comentario, pero despertando todo tipo de especulaciones.
La sorpresa alcanzó un nuevo nivel cuando al dimitir, el propio Strache citó al humorista alemán. Repasando la actividad del cómico alemán en las últimas semanas, varios medios alemanes cayeron en la cuenta de la carga de profundidad que había lanzado en abril en un breve vídeo que envió a la revista austríaca “Romy” al no acudir a una entrega de premios.
Disculpó su ausencia asegurando que estaba “bastante hecho polvo” y que se encontraba bebiendo Red Bull, una bebida energética de origen austríaco, “con algunos amigos de negocios del FPÖ en una villa de oligarcas rusos en Ibiza”.
El representante de Böhmermann, Peter Burtz, ha reconocido ahora, ante la insistencia de los medios alemanes, que el cómico había visto el vídeo en el que Strache, bajo la influencia del alcohol, se muestra abierto a incurrir en delitos de corrupción y tacha a los periodistas de “putas”.
Burtz también negó que se le hubiera ofrecido el vídeo al humorista para que fuese él quien lo difundiera. En algunos círculos se ha llegado a especular con la posibilidad de que el propio cómico estuviese detrás de la grabación, realizada de forma profesional con siete cámaras ocultas y micrófonos, algo por lo que también se ha apuntado -sin pruebas, por el momento- a algún servicio secreto. Los roces de Böhmermann con políticos extranjeros no son nuevos.El humorista saltó de hecho a la fama en 2016 cuando, en clave satírica, recitó en su programa un poema con el aparente propósito de mostrarle a Erdogan la diferencia entre una injuria y una parodia, dentro de una crítica al presidente turco por cercenar la libertad de expresión en su país. El poema, en el que se acusaba a Erdogan de practicar la zoofilia, golpear a menores y maltratar discapacitados, concluía diciendo que injurias infundadas de ese tipo no estaban permitidas en Alemania. Erdogan se querelló contra el cómico alemán por este incidente, que llegó a ocasionar una crisis en las entonces ya tensas relaciones entre Berlín y Ankara en el contexto de la crisis de los refugiados, algo que catapultó la carrera de Böhmermann. EFE