“Deseo a cada uno de nosotros todo el coraje necesario para afrontar esta fecha simbólica, toda la fuerza para continuar este combate, que no dura un día, ni un año”, dijo Christelle en la estación de Maalbeek, donde morirían hace un año 16 personas. Ella resultó herida.
A las 09:11 (05H:11 hora paraguaya) de ese fatídico día, Khalid El Bakraoui activó sus explosivos en el metro bruselense, poco después que su hermano Ibrahim y Najim Laachraoui hicieran lo mismo en el aeropuerto de Bruselas, matando a otras 16 personas.
El doble atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) dejó 32 muertos, cientos de víctimas, pero también decenas de familias rotas, como la de Kristin Verellen, cuya pareja Johan, de 58 años, no corrió la misma suerte que Christelle y murió en Maalbeek.
“El 22 de marzo es también mi aniversario. En principio, no hay nada que celebrar, pero el amor triunfa”, confesó esta mujer, a quien el amor la ayudó a levantarse “con más fuerzas” que tiene su cuerpo.
Unas emocionadas Christelle y Kristin pronunciaron estas palabras durante el acto de homenaje en el metro en presencia de unas autoridades belgas de riguroso luto, entre ellas los reyes de los Belgas, Felipe y Matilde.
En la estación de Maalbeek, donde se inauguró una placa con el lema “Nunca olvidaremos” , los asistentes guardaron un minuto de silencio, que contrastó con el minuto de ruido en las calles y en el sistema de transporte público bruselense para homenajear a las víctimas.
A las 09:11 en la estación de Pétillon, de donde partió el yihadista que atentó en el metro, la señal de alarma del cierre de puertas se entremezcló durante un minuto con los aplausos de la mayoría de pasajeros, ante la mirada estupefacta del resto, constató la AFP .
La detención en Molenbeek el 18 de marzo de 2016 de Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que atentaron en París el 13 de noviembre de 2015 (130 muertos), precipitó los acontecimientos.
La investigación reveló que los atacantes suicidas de Bruselas pertenecían a la misma célula que atacó en París, pero su objetivo no era atacar en Bélgica, sino de nuevo en Francia. Un año después, este reino europeo mantiene el nivel 3 sobre 4 de alerta con militares patrullando en sus calles, ya que la amenaza terrorista sigue siendo “posible y verosímil” .
Y los investigadores intentan todavía despejar una de las principales incógnitas: ¿Quién dio la orden de atacar?
Aunque algunos de los que encargaron los atentados podrían haber muerto en los ataques contra los bastiones del EI en Siria e Irak, las sospechas se ciernen sobre Oussama Atar, un belga-marroquí de 32 años y un veterano de la yihad que pisó las prisiones estadounidenses en Irak en los años 2000.