De los 10 cadáveres “siete son de hombres y los tres restantes corresponden a mujeres y al parecer ya no hay más y con eso concluimos los trabajos de exhumación” , dijo a la AFP Miguel Ángel Godínez, fiscal de Guerrero, donde se ubica Acapulco.

Las fosas fueron encontradas el domingo por la noche por una denuncia anónima y la búsqueda, efectuada con la ayuda de perros entrenados, se extendió hasta la tarde del lunes.

Guerrero es uno de los estados de México más afectados por el narcotráfico, cuyos capos suelen deshacerse de sus víctimas enterrándolas en fosas clandestinas.

El 7 de enero al menos 10 cadáveres y 11 cabezas humanas fueron exhumados de seis fosas clandestinas halladas en la región montañosa del estado.

Los cuerpos presentaban signos de tortura y estaban amarrados de manos y pies junto a las cabezas encontradas en un terreno del poblado de Tepehuixco, del municipio de Chilapa.

A 100 kilómetros de esa localidad se encuentra Ayotzinapa, donde estudiaban para ser maestros 43 jóvenes que desaparecieron el 26 de septiembre de 2014 después de ser baleados por policías y sicarios del cártel local Guerreros Unidos.

La fiscalía general sostiene que ese cártel asesinó a los jóvenes debido a que fueron confundidos con integrantes de una agrupación criminal antagónica, incineró sus cadáveres en un basurero de la zona y sus restos fueron arrojados a un río local.