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La Quinta Avenida está llena de chicos y chicas; la mayoría de ellos acompañados por sus padres, hermanos o algún mayor que comprenda su ilusión. Vendedores ambulantes hacen su “agosto” en setiembre con merchandising pirata: desde pósters hasta ropas, juguetes y accesorios, todos estampados con el nombre de Violetta.
Vemos caritas llenas de ilusión, en medio de revendedores que claman por alguna “entrada que le sobre”. Es la primera de las cuatro funciones que el elenco internacional dará en el Polideportivo del Club Sol de América: dos de ellas el sábado, con localidades agotadas; y otras dos, este domingo, con apenas pocos tickets disponibles.
La tarde del sábado se palpita, entonces, con la locura de un público infantil que acude al Sol de América como si fuera ingresar al portal de sus sueños, donde –por fin– tendrá enfrente a sus estrellas de TV.
Convertido en un verdadero éxito mundial –esta es la primera parada de una gira los llevará a ciudades de España e Italia, mientras la tira se vende hasta en Medio Oriente–, el producto nace como serie de televisión de Disney Channel, y contiene todos los elementos de la marca de Mickey Mouse. Buenos, malos; ternura, amor y amistad; colores, canciones pegadizas… coreografías movedizas, sobreactuaciones pero, principalmente, mucho carisma.
Martina Stoessel es Violetta, esa muchacha luminosa y alegre, que –como sus amigos– descubre su pasión por la música en el “Studio 21”. La misma que, una vez que aparece en el escenario del Sol de América, hace estallar a su público, que grita, canta, se emociona y vuelve a gritar.
El espectáculo inicia con el ritmo que marca “Hoy somos más”, canción de la segunda temporada y editada en su segundo álbum. Desde allí, la música y el baile serán una constante, con una breve historia que servirá como excusa para seguir cantando y bailando más.
La “euforia” infantil seguirá con el tema del mismo nombre, y una serie de canciones como “Are you ready for the ride?” y “Alcancemos las estrellas”, que servirán para que los distintos actores hagan lo suyo en el show.
El casting incluye a actores y actrices internacionales: la estrategia de mercado –tan bien lograda– de Disney convocó, además de argentinos, a talentos españoles, mexicanos, una italiana y un brasileño.
Aunque el playback es disculpado en este tipo de espectáculos, donde más importa la parafernalia visual –que, hay que decirlo, aquí no falta– se destaca el impecable nivel de los músicos ubicados detrás de la escenografía, que dan fuerza a las piezas que mezclan pop, con arreglos de rock, hip hop y, claro, una serie de melosas baladas que cumplen su cometido.
La historia de amor tendrá su momento, mientras León (Jorge Blanco) y Diego (Diego Domínguez) se disputan el amor de Violetta. La rivalidad entre Violetta y la “malísima” Ludmila (Mercedes Rodríguez), servirán también como hilo conductor.
Las letras llegan a los niños como un baño de novedad. “Si te enamoras te puedes lastimar”, advierte la letra de “Veo veo”; y frases del estilo “Porque esta vida no es vida sin ti”, en “Te esperaré”.
Pero los cuadros también sirven, en ocasiones, para transmitir un mensaje. Como con el texto que dice que “trabajar en grupo también significa ceder el lugar a tus compañeros” o cuando la misma antagonista canta que “la única verdad es la de tu corazón”, en “Algo suena en mí”.
La estética Disney, aunque con sello argentino, está ahí. Y es la misma cursilería que encantará a las niñas cuando vean a Violetta y su chico bajo la luz de la luna –pintada en una de las pantallas principales del escenario–, y les pidan un beso, a los gritos.
La alegría brasileña llegará de la mano de Samuel Nascimento (Broduey), con “Quero te fazer feliz”, una dosis de MPB, acompañada con buenos arreglos.
Y la secuencia final del espectáculo llegará con “Ser mejor”, cantada por todo su público como si de un himno se tratara.
“¡Gracias por tanta energía y por haber venido! Para nosotros es muy importante y esta primera vez que estamos, y arrancamos esta gira con ustedes, así que gracias por tanto amor”, decía una Stoessel emocionada. “¡Rohayhu! ¿Está bien dicho?”, consultaba después, entre gritos de los fans.
“¡Gracias por ser los primeros en nuestra gira!”, gritará de pronto Pablo Espinosa (Tomás), mientras Violetta agradecerá una y otra vez el afecto de su público paraguayo. “¿Quieren un tema más?”, desafía la protagonista. Y, con los gritos como respuestas, será momento de “En mi mundo”, hit del primer disco, cantado de principio a fin por sus los chicos.
Es allí cuando el resto del elenco reaparece en el cuadro, esta vez con las camisetas de la Albirroja puestas. Violetta también se pone una, claro, mientras el escenario se llena de más y más colores, entre juegos lumínicos y confetis.
“¡Muchas gracias, Paraguay! ¡Los queremos!”, gritará Stoessel, mientras sus fans paraguayos vibran desde sus lugares, muchos de ellos inmortalizando el momento a través de sus cámaras.
Mientras Violetta y sus amigos se van, sus pequeños fans también lo hacen, colmados de alegría y un sueño cumplido. Afuera, en Quinta Avenida, sigue otra infinita fila de fans con vinchas y remeras que también van por su sueño violeta.