Prince Royce encanta con su bachata en Paraguay

El conocido como “príncipe de la bachata” sedujo al público paraguayo con su ritmo y carisma la noche del jueves en el Jockey Club de Asunción.

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Representante de un género que no deja de crecer, el cantante y compositor neoyorquino –aunque de origen dominicano– Prince Royce se presentó finalmente en Asunción durante la noche del feriado. El recital al aire libre –previsto, en principio, para el miércoles 30 de abril– tuvo que sufrir una reprogramación por motivos climáticos.

La apertura del concierto tuvo lugar con los artistas locales Noi y Remixero, agrupaciones que no lograron lucirse por problemas de sonido –punto lamentablemente recurrente en la mayoría de las producciones con locales como teloneros de artistas internacionales–.

Cuando pasaban las 21:05, una pantalla gigante central dio inicio al concierto. Un Prince Royce proyectado en video finalmente hizo su aparición con una remera y campera blancas… y la sonrisa que lo caracteriza.

La pegadiza Kiss kiss sirvió de apertura, mientras un tímido y reducido público empezaba a soltarse. El deseo de Te robaré y la sinceridad de Te me vas hacían agitar las almas, para iniciar una serie de interacciones con su público (que lo llevaron, incluso, a firmar autógrafos en pleno show).

El repertorio incluyó canciones como Corazón sin cara, Solita y Soy el mismo, último tema que da nombre a su más reciente producción. “¡Mi primera visita aquí, en Paraguay!”, exclamó Royce. “Nunca pensé que mi música había llegado a este país tan hermoso”, aseguró.

Una acaramelada –y bien latina– versión del clásico de Ben E. King, Stand by me, provocó gritos efusivos, antes de que el bachatero empiece a tirar rosas rojas al ritmo de Nada.

El público –mayoritariamente femenino– acompañó al cantante en temas como Su hombre soy yo y Soy incondicional. En la última canción, Royce subió a una fan que demostró saber todas sus canciones… y a quien le dedicó el tema, como si se tratara de una serenata.

La bachata hacía de las suyas con la frescura de Mi última carta, El amor que perdimos –coreado por todos– y Las cosas pequeñas. “Una llamada, un texto, un ‘te extraño’ marcan la diferencia”, reflexionó.

Entre solos de trompeta y un aire de reggae, Royce hizo lo suyo en Me encanta, mientras recogía –sonrojado– corpiños de sus fans más fogosas.

El “príncipe de la bachata” bajó del escenario y sorprendió a sus fans de las primeras filas, mientras sus músicos lucían su virtuosismo.

Humos, efectos de luces y confetis blancos despedían, así, a un músico que –aunque ante un público local no muy masivo– supo ponerse a la altura del éxito que cosecha a lo largo del continente.

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