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Desde 2006 hasta enero de este año que no subían al escenario. Con la excusa de un nuevo álbum -“Ultramarine”, lanzado en marzo pasado- la gira que tanto se hacía esperar los trajo desde Hershey -estado de Pennsylvania, Estados Unidos-, hasta el corazón de América para hacer lo que mejor saben.
Con el Casco Antiguo de Asunción como escenario, y como parte del sexto aniversario de Kilkenny, la banda demostró aplomo en el escenario y esa gama de sonidos basados en melodías y arreglos de guitarra que lograron destacarlos en el panorama del pop ‘indie’.
Después de la apertura, a cargo de la banda nacional Paiko –que interpretó éxitos como “Si te vas” y “Huyendo de ti”, así como sus versiones de “Curuzú Verá” y “Mis noches sin ti”– y The Kilks, los músicos David Schelzel (voz y guitarra), Bobby Mittan (bajo), Oed Ronne (guitarra y teclados), y Peter Anderson (batería) saltaron al escenario, alrededor de la 1:45.
Entonces sonaba “Mercury”, aquel enérgico hit de la banda que empezó a hacer bailar al público, mientras Schelzel y sus compañeros empezaban a conocer a sus fans.
Entre cálidos aplausos, era momento de la melódica “Sad Night, Where Is Morning?”, marcada especialmente por el bajo de Mittan, y acompañada por palmas y saltos del público.
“¡Muchas gracias!”, soltó el vocalista: primero en español, y pronto en inglés. “The Ocean Blue está muy feliz de estar en Paraguay”, aseguró, mientras prometía que ofrecerían sus nuevas y anteriores canciones.
Las guitarras marcaban el ritmo de “Marigold”, cuya melodía era seguida por los fans en clave de “ohh…ohh”.
En un clima más meditativo, era el momento de “Fast Forward Reverse”, mientras Anderson sacudía con fuerza la batería.
La calma acabó con “Drifting, Falling”, que ya en sus primeros acordes logró despertar euforia, entre gritos y saltos.
Las melodías seguían reinando, esta vez con la cinematográfica “Blow My Mind” y con la alegre “Ways and Means”.
“Slide”, aquella hermosa balada pop, sirvió de nuevo para revelar gratos arreglos de guitarra; sirviendo de antesala para “Sublime”, hit de la agrupación que data de 1993, y que generó un acompañamiento masivo e improvisados pogos.
Tras la tormenta, la calma, podríamos decir. Algo de eso ocurrió con “A Separate Reality”, esa balada editada en 1991 en “Cerulean”.
Momento para un estreno: “Sunset – Moonrise”, grabada en su más reciente producción.
La calma de nuevo duró poco. Esta vez, con “Vanity Fair”, otro himno del grupo, altamente bailable.
Lo mejor del pop parecía condensarse con los arreglos de “Crash” y una nostálgica “Ground Gives Way”.
La noche seguía con canciones como “Questions of Travel”, “Give It A Try” –también en estreno– y el hit “Ballerina Out of Control”, coreado por los fans y dedicado a la organización. Antes, el vocalista confesaba su amor al Paraguay. “¡Amamos este país!”, gritó.
La energía seguía con “Between Something and Nothing”, que desataba gritos en el público, para seguir con “Ask Me John”, “Just Let Me Know” y “Love Song”.
The Ocean Blue ofreció en Asunción un recital intimista con energía, elegancia y grandes canciones que sirvieron para reafirmar –esta vez, en Paraguay– su compromiso con un pop bien hecho.