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En las casi tres décadas que han pasado desde su concepción en la cabeza del autor y dibujante japonés Akira Toriyama, Dragon Ball se ha convertido en un fenómeno mundial, uno de los pilares de popularidad de manga y el anime, los cómics y la animación niponas. Aunque su omnipresencia en la cultura popular ha sido mucho menor en los últimos años – algo que podría estar cambiando pronto –, la verdad es que Dragon Ball se volvió algo tan universal que es difícil encontrar a alguien que no haya experimentado algo de ese universo alguna vez.
Eso tiene la ventaja adicional, al menos para mí, de hacer mi trabajo de reseñar esta nueva película, Dragon Ball Z: La Resurrección de Freezer, algo mucho más fácil. Simplemente tengo que repetir lo que dije en la reseña de la anterior película de la serie: si a usted le gustaba Dragon Ball, la serie animada o alguna de sus múltiples películas anteriores, entonces es más que probable que disfrute de esta nueva entrega que básicamente es más de lo mismo con una calidad animación muy superior; si nunca sucumbió a los encantos de Gokú y compañía, hay un par de otras películas muy buenas en cartelera.
Y es que La Resurrección de Freezer, más que la reciente La Batalla de los Dioses, emula directamente lo que las sagas y películas de Dragon Ball han propuesto desde tiempos inmemoriales: un villano llega a la Tierra armado con un inmenso poder y amenaza con destruir el mundo, y los héroes deben hacerle frente y superar los límites de sus poderes para salvar el día. Nada de giros innovadores o soluciones creativas, que esto no es Death Note o Code Geass o alguno de esos animes en los que los protagonistas pelean con el intelecto en vez de los puños.
El villano en cuestión esta vez es nada menos que Freezer. Sí, Freezer, el andrógino emperador galáctico a quien, por estas partes del mundo vimos en nuestros televisores ser derrotado por Gokú en una época en la que el Y2K parecía algo que merecía preocupación. En fin, Freezer resucita (adivinen cómo) y está deseoso de venganza contra Gokú y sus amigos, quienes lo eliminaron años atrás. El filme sigue la fórmula de Dragon Ball al pie de la letra: Freezer llega y algunos de los decididamente inferiores guerreros de la Tierra deben hacer tiempo hasta que Gokú (y Vegeta) pueda llegar a salvarlos.
Normalmente esa falta de innovación y creatividad más allá del diseño de personajes y escenarios sería un defecto enorme, y la verdad es que viéndolo desde un punto de vista ajeno, como un observador externo que aplica criterios tradicionales de juicio cinematográfico, La Resurrección de Freezer es un filme mediocre.
Pero eso no cambia el hecho de que, como fan del material de origen, quien escribe estas líneas la pasó muy bien con la película. Por supuesto que sería genial que Toriyama trabaje un poco más el guión y busque una mayor variedad en sus argumentos y en la forma en que las historias se desarrollan, para que no todo se reduzca a seres superpoderosos aporreándose entre sí hasta que uno de los dos muera o se dé por vencido, pero al final del día eso es lo que Dragon Ball (casi) siempre ha hecho, y en La Resurrección de Freezer lo hace particularmente bien.
La acción, sin ser particularmente creativa, es adecuadamente espectacular, y afortunadamente da a muchos secundarios habitualmente relegados a poco más que extras la oportunidad de brillar: favoritos como Krillin, Tien, Piccolo y hasta el maestro Roshi participan en una masiva batalla contra una multitud de secuaces de Freezer, que es algo que no se ha visto mucho en Dragon Ball, que habitualmente presenta sus combates como asuntos de uno contra uno o pocos contra pocos.
El humor también es omnipresente, y curiosamente no desencaja cuando está pegado a los momentos más dramáticos. Las estrellas del filme anterior, Bills y Wiss, regresan para ser casi exclusivamente recursos humorísticos, y hay momentos cómicos de gran inspiración, en particular la versión del Infierno que le tocó sufrir a Freezer antes de ser revivido.
Eventualmente hay momentos que escapan a la lógica incluso en un mundo tan poco apegado a la lógica como el de Dragon Ball y son genuinamente irritantes. Claro, dejen a la mujer robot que es mucho más poderosa que todos los demás guerreros disponibles en casa cuidando a una niña mientras los hombres van a pelear. ¿No sería una buena idea tener constantemente vigiladas las Esferas del Dragón? ¿Y para qué pensar en una solución creativa para el desenlace si podemos tomar prestado un deus ex machina extremadamente gastado? Detalles pequeños pero muy molestos.
Pero al final, si uno ya era fan de Dragon Ball, o si la idea de un filme animado de acción de gran factura técnica, alta creatividad estética, mucho humor y relativamente baja actividad neuronal le suena como algo atractivo, entonces debería darle a La Resurrección de Freezer una oportunidad.
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DRAGON BALL Z: LA RESURRECCIÓN DE FREEZER (Dragon Ball Z: Fukkatsu no F)
Dirigida por Tadayoshi Yamamuro
Escrita por Akira Toriyama
Producida por Hashimoto Kunio
Edición por Shin'ichi Fukumitsu
Banda sonora compuesta por Norihito Sumitomo
Elenco: Masako Nozawa, Ryūsei Nakao, Ryō Horikawa, Mayumi Tanaka, Toshio Furukawa, Hiromi Tsuru, Hikaru Midorikawa, Masaharu Satō, Kōichi Yamadera, Masakazu Morita y Shirō Saitō