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En un raro momento de calma en medio del huracán de accíón y consecuencias - que generan más acciones y consecuencias - de que se compone Capitán América: Civil War, los guionistas Stephen McFeely y Christopher Markus incluyen una variación de una icónica frase de los cómics que resume el drama en el corazón del filme: “pararse firme por lo que uno cree, sin importar las consecuencias (…). Cuando todo el mundo te dice que te muevas, es tu deber plantarte y decirle a todo el mundo: 'no, ustedes muévanse”.
Al tomar los personajes que vienen formando desde hace una docena de películas, y ponerlos en situaciones que desafían sus conceptos morales, sus creencias y sus ideales, Civil War se las arregla para crear un drama fundamentalmente humano a pesar de la abundancia de superhéroes disfrazados y explosiones hollywoodenses; una historia que no es realmente de héroes o villanos, sino de figuras que buscan hacer lo correcto, puestas en un trayectoria de colisión por sus posturas opuestas pero en cierta forma similarmente válidas, y la forma en que buscan con firmeza hacer lo que creen que deben hacer. Fuerzas imparables y objetos inamovibles.
Tras un breve prólogo en 1991, la historia comienza luego de la catástrofe en Sokovia de Avengers: Era de Ultron. Una operación de los Vengadores, liderados por el Capitán América, Steve Rogers (Chris Evans) acaba en una explosión que se cobra víctimas civiles. Esa es la gota que colma el vaso de la preocupación del mundo ante las actividad sin regular de los Vengadores, y la ONU resuelve firmar un acuerdo que pondrá al grupo de superhéroes a rendir cuentas ante el organismo internacional. Steve se muestra reacio a acceder, mientras que Tony Stark (Robert Downey Jr.), golpeado por la culpa de haber creado a Ultron, y por lo tanto ser el responsable indirecto de las muertes que este causó en Sokovia, accede a las exigencias de los gobiernos.
Sin embargo, cuando el Soldado del Invierno (Sebastian Stan) es inculpado de un terrible atentado, las diferencias entre las posturas de Tony y Steve llegan a un punto de quiebre. Mientras Iron Man intenta evitar una crisis mayor cediendo ante la presión internacional e intentando traer al elusivo fugitivo ante la justicia, el Capitán América busca proteger y limpiar el nombre del hombre a quien una vez conoció de una forma muy distinta.
El filme hace un admirable trabajo a la hora de dejar en claro lo precario y grave de la situación, y su complejidad; no estamos ante una cuestión de blanco y negro, sino ante una crisis en la que ambos bandos pelean por lo que creen es correcto, y tienen argumentos muy razonables a su favor.
Y no solo eso, sino que argumentan; un filme tan cargado de personajes y que además debe hacer espacio para prolongadas escenas de acción, incluir referencias a los cómics y presagios de eventos futuros aún así halla tiempo para sentar a sus protagonistas a discutir sus diferencias, como seres pensantes. Probablemente es algo básico que ni siquiera debería ser mencionado como algo positivo, pero luego de la última películas de este tipo que nos llegó, sinceramente, tener personajes con cierta profundidad que discuten sus puntos de vista se siente como algo revolucionario.
Realmente no debería ser así, porque es precisamente en esos personajes donde yace el secreto del éxito de Marvel, la razón por la cual sus mejores películas son celebradas como grandes eventos, y por la cual incluso sus propuestas menos extraordinarias son por lo general felizmente toleradas; esos personajes bien redondos, astutamente escritos y perfectamente actuados le dan peso a todo el melodrama de cómics y los espectáculos de efectos especiales. El filme está lleno de grandes momentos de acción, pero lo que más impactó en las dos funciones del filme que vi hasta ahora era la forma en que la aparición de cada superhéroe era recibida con un murmullo de emoción generalizado en la sala; cuando Paul Rudd apareció por primera vez en mi segunda función, escuché a alguien que estoy casi seguro era una niña cerca de mi asiento gritar “¡Ant-Man!”.
A la gente, simplemente, le gusta este elenco de personajes, y el drama del filme se alimenta casi exclusivamente de la caracterización de estos; nace de la forma en que Steve sigue sacudido por lo ocurrido con S.H.I.E.L.D y Hydra, lo que lo lleva a mostrarse reacio a dar poder de decisión sobre sus actividades a gente que podría tener motivos dudosos; de la forma en que Tony está afectado pro la culpa, por su responsabilidad en la muerte de civiles en Sokovia a manos de su creación Ultron, lo que lo ha transformado del tipo engreído que mandó a volar al Gobierno estadounidense cuando le pidieron que entregue su traje al hombre sacudido y ansioso por aliviar su conciencia y dejarse regular; por la forma en que la presencia del Soldado del Invierno afecta a ambos, conectado con el pasado de los dos de forma distinta.
Y eso es solo lo que se refiere a los contendientes principales, pero esta es una reunión de superhéroes que, al menos en lista de participantes, es prácticamente “Los Vengadores 3” - con las notorias ausencias de Hulk y Thor – y prácticamente todos los personajes tienen algo interesante: la forma natural, instintiva, en que Rhodey (Don Cheadle) y Falcon (Anthony Mackie) actúan en apoyo de sus respectivos compañeros tanto en el campo de batalla como en la mesa de debate; la forma en que Wanda (Elizabeth Olsen) y Vision (Paul Bettany) lidian con lo que, en formas distintas, ambos perciben como una separación entre ellos y la humanidad; el sutil duelo entre pragmatismo y lealtad que se debate dentro de Black Widow (Scarlett Johansson).
Incluso con los nuevos ingresos al universo Marvel la cosa es más que interesante: Chadwick Boseman deja una gran primera impresión como T'Challa, a quien la tragedia lleva prematuramente a ser el rey de la nación secreta africana de Wakanda, además de llevar el manto de Black Panther; su historia es principalmente una de venganza, simple y llana, hasta que una brillante escena hacia el final deja ver mejor todo el potencial del personaje; de nuevo, sus escenas de acción son espectaculares, pero es un breve diálogo suyo el que, personalmente, hace que no pueda esperar a que su película dirigida por Ryan Coogler salga en 2018.
Y luego está Spider-Man. Aunque mucho más importante que un simple cameo, la naturaleza sobrecargada de la película no deja demasiado tiempo para desarrollar al nuevo Peter Parker (Tom Holland); sin embargo, incluso a él le dedican una muy buena escena fuera de sus excelentes intervenciones en la acción. La icónica frase de “con gran poder, viene una gran responsabilidad” es, a mi parecer, la frase más importante de la historia de los cómics de superhéroes – y una de las más brillantes jamás escritas - por la forma en que resume perfectamente el concepto de los superhéroes - y la naturaleza del cómic en sí, la presentación de ideas grandes en forma sencilla, accesible. El momento en que Peter dice una versión modificada de esa frase como explicación de por qué hace lo que hace es uno de los momentos más perfectos del filme.
Ahora sí, todo ese énfasis en personajes, motivaciones y riqueza narrativa no quiere decir que se haya sacrificado espectáculo. Todo lo contrario, Civil War es un estupendo filme de acción con superpoderes. Los hermanos Russo, habiendo probado su capacidad para la acción en El Soldado del Invierno – en serio, miren de nuevo esta pelea, los Russo son probablemente los únicos que saben filmar acción ultrarrápida de cámara en mano y edición vertiginosa al estilo Paul Greengrass... aparte del propio Greengrass – vuelven a incluir más excelentes peleas cuerpo a cuerpo, una asombrosa persecución vehicular y una batalla en un aeropuerto que sin duda vamos a estar recordando hacia diciembre como uno de los momentos cinematográficos más memorables del año, y una fantasía hecha realidad para cualquier fan de los cómics – en general, no necesariamente de Marvel.
Hay momentos excelentes en esa secuencia que ni en un millón de años querría “spoilear”, así que me limito a decir que en lo que a acción se refiere, para mí es el nuevo punto alto del universo Marvel; los Russo, que a lo largo de la película van adaptando su estilo a la acción más a gran escala, favoreciendo tomas más largas y estables luego de la acción al estilo Bourne del principio, simplemente tienen un mejor manejo de cómo filmar acción que, digamos, Joss Whedon, un genio a la hora de escribir guiones y concebir escenas de acción pero solo decente a la hora de encuadrarla y presentarla.
El énfasis en profundizar a sus personajes no le quita espacio a la acción, sino que le da contexto y peso; las explosiones y los efectos especiales son importantes, pero todo sumaría muy poco si los personajes involucrados no importaran al público, y para que al público le importe tiene que saber quiénes son estos personajes, qué quieren, por qué luchan.
La película adolece, aunque en menor medida, del mismo problema de sobrepeso que aquejaba a Era de Ultron; con tantos personajes y elementos, iba a ser imposible evitar que algunos momentos importantes lleguen sin el impacto que podrían haber tenido, apurados por el tiempo, y algunos personajes como Hawkeye se queden cortos en el desarrollo tan generosamente brindado a los otros.
Pero al final, Civil War es el argumento definitivo en favor del experimento que Marvel inició allá por 2008. Un filme que se alimenta de lo que vino antes, del formato de narración a largo plazo con películas conectadas entre sí igual que los cómics en los que se basa; un espectáculo gigantesco en escala pero anclado por personajes perfectamente definidos que dan significado y propósito a las súperpeleas.
Capitán América: Civil War es sobrecogedora, emocionante, divertida, visualmente espectacular, emocionalmente compleja y moralmente madura; un filme que respeta en igual medida la inteligencia de su público y sus ganas de ver a dos equipos de superhéroes en una pelea para el recuerdo. Imperdible.
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CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR (Captain America: Civil War)
Dirigida por Joe Russo y Anthony Russo
Escrita por Christopher Markus y Stephen McFeely
Producida por Kevin Feige
Edición por Jeffrey Ford y Matthew Schmidt
Dirección de fotografía por Trent Opaloch
Banda sonora compuesta por Henry Jackman
Elenco: Chris Evans, Robert Downey Jr., Sebastian Stan, Scarlett Johansson, Chawick Boseman, Elizabeth Olsen, Don Cheadle, Anthony Mackie, Paul Bettany, Daniel Brühl, Paul Rudd, Jeremy Renner, Tom Holland, William Hurt, Emily VanCamp, Martin Freeman y Marisa Tomei