“Capitán América”: rojo, azul y gris

Otra gran propuesta de Marvel, poniendo al Capitán América en medio de un thriller de espionaje que combina tensión y misterios con acción de excelente factura.

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Hay un interesante contraste entre Capitán América: El Primer Vengador, el debut en el universo cinematográfico de Marvel del capitán Steve Rogers, con esta segunda aventura individual suya que ahora tenemos en cines.

El excelente filme de Joe Johnston de 2011 era un nostálgico homenaje a filmes de aventura de antaño, con una división de buenos y malos, blanco y negro, bien clara; mientras que esta nueva película arroja a Rogers a un mundo de ambigüedad moral, donde hasta los villanos dicen cosas que tienen sentido y los “buenos” hacen cosas reprobables.

Es un cambio de registro muy bien manejado, y el filme va a terreno más oscuro de forma elegante, dándonos una historia con la tensión de los paranoicos thrillers de espionaje de los años en que la Guerra Fría aún ensombrecía el mundo, pero sin sacrificar esa atmósfera de aventura con ciertas dosis de humor que Marvel sabe combinar tan bien.

Desde la batalla de Nueva York en Los Vengadores, Steve Rogers (Chris Evans) ha estado trabajando para Nick Fury (Samuel L. Jackson) y S.H.I.E.L.D. al mismo tiempo que sigue aclimatándose al siglo XXI. Sin embargo, un incidente en un barco revela una conspiración de proporciones impensadas.

De nuevo, a pesar de las impresionantes secuencias de acción, la película brilla con más luz cuando explora al personaje en el centro de todo el espectáculo. Hasta ahora Marvel ha sido impecable a la hora de elegir actores para sus personajes principales, y Evans continúa haciendo un gran trabajo como Rogers, apoyado por un guión lleno de detalles pequeños y grandes que añaden profundidad al personaje.

Su forma de lidiar con haberse perdido 70 años -que en Los Vengadores se usaba principalmente como fuente de comedia- ahora recibe un tratamiento algo más sutil, aunque sin perder la oportunidad de hacer algún que otro chiste al respecto, como la curiosa lista de cosas con las que ponerse al día que el capitán lleva consigo. Su reunión con cierto personaje muy importante del filme anterior proporciona una escena muy conmovedora, y su relación con el villano titular del filme añade una capa más de emoción al espectacular final.

La alegoría a los acontecimientos mundiales actuales, con Rogers criticando a un S.H.I.E.L.D. crecientemente paranoico y dispuesto a sacrificar ciertas libertades y derechos -por no mencionar vidas- en el nombre de la seguridad, no es muy sutil pero tampoco está presentada de una forma demasiado pesada; nunca llega a sentirse como que la película está sermoneando.

El guión lanza ciertos giros que no sorprenden demasiado -y no me refiero a la identidad del Soldado del Invierno-, y otros bastante inesperados. Aunque hacia el final las cosas se vuelven un poco menos ambiguas, durante la mayor parte del tiempo el filme genera una interesante sensación de “cualquiera puede ser el enemigo” y “no confíes en nadie”; ya no hay nazis claramente identificados por uniformes para ir a golpear, ahora Rogers se encuentra con que amigos y enemigos usan el engaño en medidas casi iguales.

El elenco de apoyo se mantiene sólido con Scarlett Johansson, Jackson y Cobie Smulders repitiendo sus roles de previos filmes, y nuevos rostros como Anthony Mackie como Falcon, Emily VanCamp como otra superagente de S.H.I.E.L.D. que se queda algo corta de tiempo en pantalla y Robert Redford en una rara aparición en una superproducción hollywoodense, interpretando a un veterano directivo de S.H.I.E.L.D.

Con todo, al filme ciertamente no le falta acción. Los directores Joe y Anthony Russo, a pesar de no contar en su historial con películas de este tipo -su filmografía comprende principalmente series de comedia como Arrested Development y Community-, componen algunas emocionantes secuencias de batalla y persecuciones, filmadas en un estilo que recuerda por momentos la acción visceral, cámara en mano y a corta distancia de las películas Bourne de Paul Greengrass.

Quizá se exceden un poco con los sacudones de cámara, pero nada muy grave, y ver las formas creativas en las que el Capitán América usa su escudo en combate -mucho más ofensivamente que en ocasiones previas- es un deleite.

Las persecuciones vehiculares se sienten auténticas, sin mucho uso de efectos por computadora, y las escenas que sí usan efectos digitales, como el impresionante clímax en el aire, mantienen el nivel de excelencia al que Marvel nos tiene acostumbrados en ese aspecto.

En conclusión, con Capitán América: El Soldado del Invierno podemos anotar otro éxito más para Marvel. Con buena acción con mucha creatividad, excelentes actuaciones, un misterio interesante y suficientes guiños a los fans de los cómics -atentos a cierto nombre que es mencionado durante un interrogatorio-, tiene todos los ingredientes correctos. Absolutamente recomendable.

Y, como es habitual con Marvel, le recuerdo que se quede en la sala durante los créditos para un par de escenas extra, una de ellas dirigida por Joss Whedon que prepara el terreno para Avengers: Age of Ultron.

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CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DEL INVIERNO (Captain America: The Winter Soldier)

Dirigida por Joe Russo y Anthony Russo

Escrita por Christopher Markus y Stephen McFeely

Producida por Kevin Feige

Edición por Jeffrey Ford

Dirección de fotografía por Trent Opaloch

Banda sonora compuesta por Henry Jackman

Elenco: Chris Evans, Scarlett Johansson, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Samuel L. Jackson, Robert Redford, Emily VanCamp, Frank Grillo, Cobie Smulders, Toby Jones, Maximiliano Hernández y Hayley Atwell

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