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Mustaine agradecía a su público guaraní, mientras los seguidores respondían con más gritos: "¡Megadeth! ¡Megadeth!". El carismático músico se propuso hacer cantar a cada sector del Jockey Club, y lo logró.
El grupo se disponía a interpretar "Guns, Drugs and Money", pero antes Mustaine hizo un anuncio al público: "Esta canción habla del cielo mexicano, pero esta vez la voy a cambiar para que hable del cielo paraguayo". Acto seguido, el grupo entregó una versión llena de energía de aquella canción, con Mustaine cumpliendo su palabra y cambiando la letra de la misma para que haga referencia al Paraguay.
Al finalizar la canción, un fragmento de una canción mexicana sonaba en off, dando lugar al nuevo pasaje musical de la noche.
Justamente, la canción siguiente puede considerarse uno de los picos más altos de la noche, que destapó la algarabía desenfrenada y puso al público a cantar gritando con todas sus fuerzas, en cada verso
y en cada compás. La emblemática "Symphony of Destruction" editada en el álbum "Countdown to Extinction" (1992) desplegó todo el poder de la banda, a la que el público retribuía coreando de acuerdo a la melodía, el ya clásico "¡Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth!".
Juego de voces, "pogos", pura energía, magia y sinergia hicieron de ese momento uno de los más importantes. La sincronización perfecta de luces con los comienzos y finales de las canciones también dio su cuota de magia visual a la noche.
Con similar fuerza se coreó luego el clásico "Peace Sells... but Who's Buying?", parte estelar de aquel disco del mismo nombre que tantos expertos consideran uno de los trabajos más influyentes e importantes de la historia del thrash metal.
Con un duelo de guitarras poderoso y una química con el público llevada al éxtasis, los Megadeth marcaban a fuego una noche a puro thrash.
Para culminar por todo lo alto un concierto que para entonces ya se habría establecido en las mentes de los presentes como una experiencia inolvidable, Mustaine salió al escenario vistiendo, como es costumbre en los artistas internacionales que vienen al país, la camiseta albirroja, con el número 13 en el dorso, y con una bandera de Paraguay en manos, esta con el nombre de la banda estampado. El momento sirvió para el baile y el coqueteo con su público.