Ahora viaja con la orquesta nacida de aquella inmundicia."Somos los únicos que tocamos con despojos reciclados", explica en declaraciones a Efe el director, compositor e historiador, que ha viajado a España para ofrecer varios conciertos con su orquesta, Sonidos de la Tierra, participar en una exposición sobre las Reducciones Jesuíticas -se ocupa desde 1985 del rescate de sus composiciones en Hispanoamérica- y, "por supuesto", vivir la JMJ.
"Es emocionante ver Madrid así. Hay un ambiente de fiesta, de gente con alegría... Cuando vine hace 9 años, los madrileños eran de pocas pulgas pero ahora parece que la gente no siente la crisis. Es una energía la que hay en las calles que va más allá de lo religioso", observa el director de la Orquesta Sinfónica del Paraguay.
Al músico le acompañan 14 jóvenes virtuosos, de entre 16 y 20 años, "captados" por el programa de integración comunitaria y social nacido de aquella "visión" en el principal basurero de la capital paraguaya, Asunción, y que él ha desarrollado bajo el lema "el joven que durante el día interpreta a Mozart por la noche no romperá vidrieras".
El programa, que posibilita el acceso directo a la educación musical a través de la formación en escuelas de música, agrupaciones musicales y asociaciones culturales, tiene ya 12.000 alumnos en 165 comunidades en todo Paraguay, un país en el que el 65% de la población tiene menos de 30 años.
"Este proyecto hace mucho énfasis en el trabajo con la juventud en un país en el que la corrupción de tantos años no ha proporcionado prácticamente oportunidades a nadie", subraya.
Es un mundo de "tantos contrastes", dice, hay que estar muy pendiente de los jóvenes, y trabajar "desde abajo, porque igual que crecen las redes sociales crecen las miserias y desigualdad".
"Creo que se están dando en el mundo señales muy peligrosas de hartazgo de la juventud por la ineficacia y los manejos de los políticos. El movimiento de los indignados es una señal de mucho riesgo que tendría que llamar la atención de todos", recalca.
A su proyecto, dice, le queda "mucho por hacer" porque en las ONG que trabajan con niños pasa lo que con la arena: "solucionas algo para algunos granos pero el viento multiplica los problemas de manera mucho más veloz".
"Lo que queremos que se multipliquen son los espejos de esperanza, que cada ONG de estas sea un faro inspirador. Insistimos mucho no en que sean buenos músicos sino buenas personas, que tengan esperanzas, que abracen un ideal, el que sea y lo vivan con la pasión del fuego".
Szarán, uno de los directores del Diccionario Hispanoamericano de la Música, dirigirá mañana a Sonidos de la Tierra, tras actuar hoy en la sala Arrupe con el grupo de músicos camboyanos promovido por el obispo jesuita "Kike" Figaredo, en un concierto gratuito en la Residencia de los Jesuitas "Sagrado Corazón", en Madrid.
De Madrid viajarán a Palma de Mallorca, donde ofrecerán otros dos recitales.
"Es emocionante ver Madrid así. Hay un ambiente de fiesta, de gente con alegría... Cuando vine hace 9 años, los madrileños eran de pocas pulgas pero ahora parece que la gente no siente la crisis. Es una energía la que hay en las calles que va más allá de lo religioso", observa el director de la Orquesta Sinfónica del Paraguay.
Al músico le acompañan 14 jóvenes virtuosos, de entre 16 y 20 años, "captados" por el programa de integración comunitaria y social nacido de aquella "visión" en el principal basurero de la capital paraguaya, Asunción, y que él ha desarrollado bajo el lema "el joven que durante el día interpreta a Mozart por la noche no romperá vidrieras".
El programa, que posibilita el acceso directo a la educación musical a través de la formación en escuelas de música, agrupaciones musicales y asociaciones culturales, tiene ya 12.000 alumnos en 165 comunidades en todo Paraguay, un país en el que el 65% de la población tiene menos de 30 años.
"Este proyecto hace mucho énfasis en el trabajo con la juventud en un país en el que la corrupción de tantos años no ha proporcionado prácticamente oportunidades a nadie", subraya.
Es un mundo de "tantos contrastes", dice, hay que estar muy pendiente de los jóvenes, y trabajar "desde abajo, porque igual que crecen las redes sociales crecen las miserias y desigualdad".
"Creo que se están dando en el mundo señales muy peligrosas de hartazgo de la juventud por la ineficacia y los manejos de los políticos. El movimiento de los indignados es una señal de mucho riesgo que tendría que llamar la atención de todos", recalca.
A su proyecto, dice, le queda "mucho por hacer" porque en las ONG que trabajan con niños pasa lo que con la arena: "solucionas algo para algunos granos pero el viento multiplica los problemas de manera mucho más veloz".
"Lo que queremos que se multipliquen son los espejos de esperanza, que cada ONG de estas sea un faro inspirador. Insistimos mucho no en que sean buenos músicos sino buenas personas, que tengan esperanzas, que abracen un ideal, el que sea y lo vivan con la pasión del fuego".
Szarán, uno de los directores del Diccionario Hispanoamericano de la Música, dirigirá mañana a Sonidos de la Tierra, tras actuar hoy en la sala Arrupe con el grupo de músicos camboyanos promovido por el obispo jesuita "Kike" Figaredo, en un concierto gratuito en la Residencia de los Jesuitas "Sagrado Corazón", en Madrid.
De Madrid viajarán a Palma de Mallorca, donde ofrecerán otros dos recitales.