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Después de su primera presentación en Paraguay, el sábado 18 de junio en el Casco Antiguo de Asunción, la banda actual más importante tanto en crecimiento como en convocatoria de la escena under/barrial porteña llegó al Luna Park de Buenos Aires pisando fuerte: con entradas agotadas y más de 16.000 personas entre ambas fechas.
Marcados por un repertorio variado, la noche del domingo 3 arrancaba con Mira la luz por mí. Con treinta canciones en el setlist, la banda integrada por Juan "Piti" Fernández (voz), Diego Bozzalla (guitarra y coros), Fernando Vecchio (guitarra), Alejandro Mondelo (teclado y coros), Santiago Bogisich (bajo), Juan Comas (batería) y Joel Barbeito (saxo y coros) se dispuso a demostrar en lo que duró el show que el secreto de su música estriba en esa cuota de incólume frescura, desprejuicio y fusión que le imponen a cada nota.
Con invitados especiales como el mítico "Negro" García López (ilustró su destreza del más puro rock and roll con una alusiva remera stone), Barbi Silva de Mamá Chabela (en una versión animada de Hacia dónde voy); y "Maiquel" de Kapanga (en una explosiva Tantas escaleras), la banda aprovechó para sellar una noche fundada en eso tan simple y complejo llamado rock.
Con canciones como Solo Dios presentada por el vocalista como referente de una "polémica etapa" la banda se propuso recorrer viejas páginas de su mejor historia. "Bueno, errores los tiene cualquiera ", decía Piti, en tono cómplice.
Acompañados por descontrolados pogos en canciones como Cerveza, Oportunistas y José; además de unísonos coros en las aclamadas ¿Dónde esconder tantas manos?, Raíces, Viejo y Amar y envejecer, el Luna Park desbordada en la noche hecha de rock y poesía.
Repasando éxitos como Sabina y Piazzolla, Mira la luz por mí, Solo en sueños, Envuelto en soledad y Country de la soledad, la noche fue excusa perfecta para volver a recorrer los pasillos musicales de Por Colectora (2005), Las Pastillas del Abuelo (2006) y Crisis (2008), reviviendo además esas Versiones editadas en 2010.
La oportunidad sirvió además para alegrar a los seguidores congregados allí con dos estrenos: Viles Medios (la cual sentencia que "los medios se olvidaron de ser nobles") y Gobiernos procaces, con una letra que despotrica contra los hacedores de la escena política argentina: "Algunos son muy buenos bailarines, / bailando por un sueño saben brillar". "Complementos de Crisis" al decir de Fernández, que prometen llegar a las bateas en septiembre próximo.
"¡Fiesta che!", anunciaba el cantante en el intermedio del show. Y al decir por la euforia vislumbrada y generada, habrá que darle razón. Porque la fiesta del Luna fue una gran celebración donde la imposibilidad de esconder tantas manos fue evidente, y si alguna otra cosa pudo quedar muy en claro es que a la fiesta pastillera aún le espera una serie de nuevas e impredecibles dosis.
Marcados por un repertorio variado, la noche del domingo 3 arrancaba con Mira la luz por mí. Con treinta canciones en el setlist, la banda integrada por Juan "Piti" Fernández (voz), Diego Bozzalla (guitarra y coros), Fernando Vecchio (guitarra), Alejandro Mondelo (teclado y coros), Santiago Bogisich (bajo), Juan Comas (batería) y Joel Barbeito (saxo y coros) se dispuso a demostrar en lo que duró el show que el secreto de su música estriba en esa cuota de incólume frescura, desprejuicio y fusión que le imponen a cada nota.
Con invitados especiales como el mítico "Negro" García López (ilustró su destreza del más puro rock and roll con una alusiva remera stone), Barbi Silva de Mamá Chabela (en una versión animada de Hacia dónde voy); y "Maiquel" de Kapanga (en una explosiva Tantas escaleras), la banda aprovechó para sellar una noche fundada en eso tan simple y complejo llamado rock.
Con canciones como Solo Dios presentada por el vocalista como referente de una "polémica etapa" la banda se propuso recorrer viejas páginas de su mejor historia. "Bueno, errores los tiene cualquiera ", decía Piti, en tono cómplice.
Acompañados por descontrolados pogos en canciones como Cerveza, Oportunistas y José; además de unísonos coros en las aclamadas ¿Dónde esconder tantas manos?, Raíces, Viejo y Amar y envejecer, el Luna Park desbordada en la noche hecha de rock y poesía.
Repasando éxitos como Sabina y Piazzolla, Mira la luz por mí, Solo en sueños, Envuelto en soledad y Country de la soledad, la noche fue excusa perfecta para volver a recorrer los pasillos musicales de Por Colectora (2005), Las Pastillas del Abuelo (2006) y Crisis (2008), reviviendo además esas Versiones editadas en 2010.
La oportunidad sirvió además para alegrar a los seguidores congregados allí con dos estrenos: Viles Medios (la cual sentencia que "los medios se olvidaron de ser nobles") y Gobiernos procaces, con una letra que despotrica contra los hacedores de la escena política argentina: "Algunos son muy buenos bailarines, / bailando por un sueño saben brillar". "Complementos de Crisis" al decir de Fernández, que prometen llegar a las bateas en septiembre próximo.
"¡Fiesta che!", anunciaba el cantante en el intermedio del show. Y al decir por la euforia vislumbrada y generada, habrá que darle razón. Porque la fiesta del Luna fue una gran celebración donde la imposibilidad de esconder tantas manos fue evidente, y si alguna otra cosa pudo quedar muy en claro es que a la fiesta pastillera aún le espera una serie de nuevas e impredecibles dosis.