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En su película, Víctor (Celso Franco) es un carretillero que suena con verse en pantalla mientras descubre grabarse en un teléfono móvil o en las pantallas de circuito cerrado de televisión en un negocio cualquiera del Mercado 4. Detrás de la historia, Juan Carlos Maneglia –su creador– tal vez compartía con su protagonista ese retazo de historia, pero en mayor amplitud: reflejar las historias esbozadas junto a su compañera Tana Schémbori, en las pantallas de cine locales.
Juan Carlos, el director, cumplió su sueño. ¿Víctor, el protagonista? Para saberlo, antes tendrá que ver la película.
Cuando le comentamos a Maneglia la analogía, él ríe y, aunque asegura no haya sido esa la inspiración para el guión, confiesa que el sueño de llegar a la gente siempre se mantuvo a lo largo de su carrera. “No lo había visto de esa manera… pero sí, yo creo que todos los que estamos en este medio queremos llegar a la gente y, si eso se cumple, obviamente es mágico y estamos agradecidos a que eso ocurra”.
Será allí cuando, casi por impulso y con su marcada humildad, recuerda a sus colegas que dieron paso a este impulso que podría llamarse nuevo cine paraguayo.
“Es un proceso que se fue dando desde hace mucho tiempo con el trabajo de muchos realizadores paraguayos que, desde hace 5 o más años, venimos produciendo cine, y eso permitió también el mayor entusiasmo de la gente por ver películas paraguayas”, comenta.
“Cada año se venía produciendo más de 2 o 3 películas, y sentíamos que a cada película le iba mejor con la gente”, señala. “Eso también necesitábamos: que la gente se anime a ver una película paraguaya, que se identifique con su historia, que crea en sus talentos, que se escuche, que vea sus calles… por eso recalco que eso se logró gracias al trabajo de muchísimos compañeros”.
Con una alta cantidad de espectadores que se trasluce en la cifra de 80.000 espectadores en su tercer fin de semana, “7 Cajas” se lleva hasta ahora el mérito de convertirse en la película paraguaya más taquillera del cine paraguayo, duplicando a “Libertad”, de Gustavo Delgado, que logró acercarse a las 40.000 entradas vendidas.
Sobre el récord que acaba de romper en la incipiente industria local, el director se define “impresionado”, muy contento y con la esperanza de una anhelada continuidad. “Estamos muy impresionados por cómo recibe la película la gente, y lógicamente muy contentos de que la tome como suya, y que la sienta así. Para nosotros, con Tana (Schémbori), siempre era el primer objetivo que sea una película que llegue a los paraguayos y paraguayas, y que nos permita sobre todo una cierta continuidad, no solo a nosotros sino a todos los compañeros que venimos produciendo ficción en este país, y el hecho de seguir haciendo cine, para seguir mejorando y aprendiendo y quitando mejores productos”.
Cuando le recordamos declaraciones de años anteriores en que el director reconocía la búsqueda de un cine comercial, por el que la gente corra a los cines a buscar sus entradas y formar filas, hasta –finalmente– salir satisfecha, Maneglia reconoce esa pretensión hoy lograda, y altamente superada.
“Lógicamente es impredecible lo que puede llegar a pasar en una película: nadie tiene una varita mágica que diga qué puede funcionar en una película y qué no; incluso directores muy exitosos también tienen películas que por ahí no logran esa conexión con la gente. Creo que también se debe a muchos factores, pero teníamos esa pretensión, pero no sabíamos si realmente iba a ser así, y realmente superó nuestras expectativas”, dice.
Y eso, según expresa, les recarga las “pilas” para seguir y para continuar soñando con más cine.
Un lector de ABC Color comentaba: “Ya quiero ver la siguiente película paraguaya”, hecho poco recurrente años atrás, en que el cine nacional estaba destinado a la discriminación de las grandes salas y al ínfimo visionado en centros culturales y universidades.
“¡Estamos contentos! Incluso ese primer día del estreno, el mismo viernes (10 de agosto), cuando me mostraron la foto de una persona en el Facebook donde había alguien que salió a las 6 de la mañana de Villarrica para ver a ver una función a las 3 de la tarde. ¡Desde Villarrica! A mí eso me hizo 'pirí' (escalofrís) y yo le dije a Tana: ‘Misión cumplida ya acá’. ¡Y estoy hablando del primer día de proyección la película! Ya sentía el entusiasmo de la gente”, confiesa.
En entusiasmo es tal, que el reclamo por más cine llega incluso de parte de los mismos dueños de las salas de cines. “No soñaba con esta receptividad y esta cantidad de público. Ayer estábamos hablando con los dueños de los cines y me preguntaban para cuándo la otra película”, dice sorprendido, entre risas.
Juan Carlos Maneglia remarca que un encuentro en Asunción con el director, guionista y productor de cine estadounidense Pieter Jan Brugge –productor de “Miami Vice”– fue un disparador para el inicio del proyecto.
“Él nos dio mucho: vino a Asunción por el tema de la película (“Miami Vice”), e hizo como un encuentro con varias personas que teníamos proyectos de cine. Nos estimuló mucho y de verdad nos marcó como un camino al decirnos, por ejemplo, que el cine requiere su tiempo y un tiempo que es difícil”, confiesa.
Si bien desde 2004 iniciaba los primeros borradores de guión, fue en 2007 cuando –al terminar la telecomedia “La Chuchi”, emitida por Canal 13–, decidió junto a Tana Schémbori hacer la película.
El proceso fue largo. Se filmó en 2010; pero antes, la preproducción llevó unos 3 meses. Y, mucho antes de eso, la escritura de guion. “Llevó muchísimo tiempo también porque no le dedicábamos todo el tiempo a escribirlo, sino que lo hacíamos en los espacios de nuestro trabajo, y eso hacía que la escritura sea lenta”, apunta.
Sobre las posibilidades de instalar un cine móvil para las exhibiciones de “7 Cajas” por el interior del país, Maneglia refiere que se considera llevarla a cabo en octubre, aunque todavía no hay fechas confirmadas. “Depende de que técnicamente se arme, porque buscamos que sea con la mejor calidad posible, tanto de imagen como de sonido, y cuesta armar esa infraestructura”, señala.
Las expectativas de los directores hoy giran en torno a las próximas participaciones en la sección “Discovery” (Descubrimiento) del prestigioso Festival de Toronto, en Canadá, y de la competencia en la categoría de “Nuevos Directores”, del también reconocido Festival de Cine de San Sebastián, en España.
“El Festival de Toronto es un mercado tan distinto, que no sabemos cómo van a tomar la película. El (público) español está más acostumbrado a ver cine latino, pero Toronto me dijeron que es un público como muy heterogéneo, que no sabemos. El hecho de selección ya nos da la pauta de que, al menos, les llamó la atención”, expresa.
Igualmente, acotó que será la primera vez que la película será vista por una cantidad importante en España. “En San Sebastián nunca se proyecto a un público masivo, porque para ‘Cine en construcción’ son funciones cerradas, solamente para el jurado y también para gente de la industria y de otros festivales; y ahora veremos cómo funciona para el público masivo. Es como que están más acostumbrados al cine latino, con otras condiciones, otras reglas, otras maneras distintas de contar la historia”.
Aunque “7 Cajas” es un éxito con apenas tres semanas en cartelera, es inevitable pensar en lo que sigue. “Tenemos proyectos, algunos guiones terminados como ‘La Santa’, y otros que no terminamos como ‘Hombres de frontera’”, cuenta Maneglia.
Sin embargo, todavía no está claro cuál será el segundo largometraje de esta dupla creativa. “Como hablábamos la otra vez con Tana, realmente en ningún momento todavía nos pusimos a pensar cuál podría ser el próximo, porque en el caso de que siga así deberíamos ‘reguionar’, por toda esta experiencia. Cada proyecto y cada encuentro con la gente te enseña algo o aprendés algo, y es bueno aplicarlo en el siguiente proyecto”.