"La Gran Aventura LEGO": todo es increíble

Al mismo tiempo una hilarante e ingeniosa comedia animada y una sorprendentemente profunda celebración de la imaginación humana, “La Gran Aventura LEGO” no tiene desperdicio.

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Lo mejor que puede hacer una película es sorprender. El mérito es aún más grande cuando uno entra a ver un filme con altas expectativas y aun así es sorprendido cuando esas expectativas son superadas.

Ingresé a la sala de cine para ver La Gran Aventura LEGO esperando grandes cosas, teniendo en cuenta que en el guión y la dirección se hallaba el dúo de Chris Miller y Phil Lord, un par que en sus dos previos esfuerzos como directores y guionistas, la película animada Lluvia de Hamburguesas y la comedia para adultos Comando Especial, quedaron solo a algunos minúsculos pasos de poder ser considerados absolutamente brillantes.

Esperaba que, como en sus otras dos películas, traigan un maratón de comedia con risas incesantes, ingeniosos juegos de palabras y comedia física al más puro estilo de clásicos “spoof” o de parodia como ¿Y dónde está el piloto? o La Pistola Desnuda. Y efectivamente esos elementos están presentes, pero detrás de ellos hay mucho más.

El filme transcurre en un mundo hecho con ladrillos LEGO y habitado por los icónicos muñecos de esa emblemática compañía de juguetes. Sus habitantes viven sonriendo, como hipnotizados por su cómoda rutina de trabajo amenizada por programas cómicos de televisión, pegajosas canciones y anuncios por parte del mandatario del mundo, el Presidente Negocios (Will Ferrell).

Nuestro protagonista, Emmett (Chris Pratt), no es la excepción, o al menos no lo es hasta que se topa con una reliquia capaz de salvar al mundo de un sombrío complot. Ese hallazgo lanza a Emmett a una aventura repleta de magia, robots, un policía bipolar, magos, superhéroes, naves y prácticamente cualquier cosa que se pueda armar con bloques rectangulares, incluyendo explosiones y agua cuadriculada.

Como la otra gran película animada que llegó este año a nuestros cines, Frozen, LEGO presenta sus dos primeros tercios como una sólida pero no especialmente innovadora aventura, para luego cambiar totalmente las reglas del juego en su última parte. Durante esos dos primeros tercios, la película es una divertida secuencia de escenas de acción, humor y brillantes referencias a la cultura pop (“Miguel Ángel, Miguel Ángel”) que presta no solo de comedias como las mencionadas arriba, sino también evidencia influencias tan variadas como 1984, VivenToy Story y Matrix, entre muchas otras.

Lord y Miller saltan de chiste en chiste, con impresionantes secuencias de acción animadas para emular producciones amateur hechas con figuras LEGO cuadro por cuadro, y sabiamente evitan convertir el filme en un desfile de figuras de la cultura pop en forma de muñecos, manteniendo el elenco principal compuesto casi exclusivamente de personajes originales (y Batman), y dejando a las demás “celebridades” como reparto para protagonizar algún que otro momento divertido.

La acción en sí y los escenarios donde transcurren tambien mantienen una amplia variedad, desde una persecución vehicular por una metrópolis a aventuras submarinas, persecuciones en el Viejo Oeste y algunas otras sorpresas. Todo eso hubiera sido más que suficiente para hacer del filme algo recomendable.

Pero no es hasta antes de su emocionante clímax que la película muestra sus verdaderas intenciones. El filme da un giro argumental que no es del todo original y que probablemente algunos podrán ver venir, pero está magistralmente ejecutado y encaja de forma perfecta con todo lo que vino antes, terminando de darle a todo un sentido, la marca definitoria de todo buen giro.

En esa última parte, la película evoluciona de una divertida aventura animada a una bella reflexión sobre la naturaleza de la perfección y los peligros de la obsesión con las reglas y una celebración de esa cualidad tan intrínsecamente humana que es la imaginación y la capacidad de crear. Es un momento hermoso, con un mensaje que, de nuevo, no es algo que no se haya visto antes, pero que es presentado de una forma brillante que debería resonar con el público independientemente de su edad.

Si el filme tiene algún defecto, es el hecho de que el estilo de animación “cuadro por cuadro” falso de la película parece no llevarse muy bien con la tecnología de proyección en 3D, resultando inicialmente en imágenes un poco confusas, pero es algo que deja de ser perceptible a los pocos minutos cuando uno se acostumbra. Aún así, en ningún momento se percibe en la pantalla una sensación de profundidad que justifique el precio extra de una entrada a una función en 3D.

Más allá de eso, “La Gran Aventura de LEGO” es toda una sorpresa, una película con cerebro y corazón para acompañar a su espectáculo visual, y es absoluta e indudablemente recomendable. Casi todo en ella es, como reza esa canción, increíble.

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LA GRAN AVENTURA LEGO (The LEGO Movie)

Dirigida por Phil Lord y Christopher Miller

Escrita por Phil Lord y Christopher Miller

Producida por Roy Lee y Dan Lin

Edición por David Burrows y Chris McKay

Dirección de fotografía por Barry Peterson y Pablo Plasteid

Banda sonora compuesta por Mark Mothersbaugh

Elenco: Chris Pratt, Elizabeth Banks, Will Ferrell, Morgan Freeman, Will Arnett, Liam Neeson, Charlie Day, Allison Brie, Nick Offerman, Channing Tatum, Jonah Hill y Cobie Smulders

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