“Es la primera vez que salgo del país y viajo en avión”, confesó Mohamadi, a quien por la emoción se le saltaban las lágrimas en el aeropuerto de Kabul, momentos antes de tomar un vuelo a EEUU para asistir el domingo a la gran fiesta del cine en Los Ángeles.
Mohamadi saltó al mundo del celuloide desde esa polvorienta calle de la capital afgana tras ser escogido para interpretar uno de los papeles principales en “Buzkashi Boys” (2012), una coproducción afgano-estadounidense de 28 minutos rodada en las colinas de Kabul.
La cinta narra la historia de dos niños pobres -un vagabundo y el hijo de un herrero, papel que interpreta Mohamadi- que sueñan con convertirse en jinetes “buzkashi”, y ha sido nominada por la Academia al galardón de Mejor Cortometraje de Acción Real.
El buzkashi es un deporte nacional en Afganistán en el que dos equipos con 15 jinetes montados a caballo y protegidos con gruesos ropajes de cuero pelean por colocar una cabra decapitada en un círculo delimitado en la tierra. Esta práctica es común en varios países de Asia Central, muy popular entre etnias de la región como los hazaras, uzbecos, pastunes o tayicos, y tiene lugar normalmente durante los fines de semana en invierno.
“Cuando escuché a través de los medios y del director que el corto había sido nominado a los Óscar, lo primero que pensé fue que todo era un sueño. Sentí tanta energía que fui incapaz de controlar la emoción”, explicó Mohamadi.
Para este adolescente afgano, que con siete primaveras ya comenzó a vender chicles en la calle y luego diversificó sus negocios, poder llegar a pisar la alfombra roja de Hollywood sin contar con experiencia previa es algo “increíble”.
“Mira cómo ha cambiado mi vida. Antes era un simple vendedor callejero. Ahora soy un actor y todo el mundo se quiere sacar una foto conmigo en Chicken Street”, afirmó. “Será un gran logro para mí y para todo Afganistán encontrarme con los actores más famosos del mundo”, agregó.
Su padre murió hace tiempo y Mohamadi vive ahora con su madre, cinco hermanos y una hermana, que dependen de sus ingresos.
La primera persona que le incitó a imitar a actores famosos fue un ciudadano francés, quien al percatarse de sus habilidades le presentó posteriormente al director de la película, el estadounidense Sam French.
Jawanmard Payez, de 15 años de edad, es el otro protagonista de la película -el niño vagabundo-, aunque en su caso se trata un experto actor que empezó a actuar cuando apenas tenía cinco años, y que ha participado incluso en el Festival de Cannes. Lo hizo gracias a su papel en la cinta afgana “Khak wa Khakester” ("Tierra y Ceniza").
“Era mi sueño convertirme en un actor famoso y ahora con la nominación de 'Buzkashi Boys' creo que estoy a punto de hacerlo realidad”, explicó Payez, que tras el rodaje se ha hecho muy amigo de Mohamadi.
La gala de los Óscar se celebrará el 24 de febrero, una fecha en la que gran parte de Afganistán, donde el régimen integrista talibán prohibió el cine entre 1996 y 2001, tendrá sus ojos atentos a Hollywood con la esperanzas puestas en sus jóvenes promesas.
“Tengo confianza. Espero que nuestra película gane el Óscar y que esto sea un espaldarazo para el cine y los directores afganos”, afirmó Payez.
El director French, que ha vivido un lustro en Afganistán, confesó a los medios que la cinta estaba inicialmente concebida como un entrenamiento para los trabajadores de la industria local. “Nunca pensamos que el filme llegaría tan lejos”, admitió.