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Un sonido simple y pegajoso empezó retumbando en los oídos de los fans presentes en el complejo Rakiura cuando Franz Ferdinand empezó con No You Girls. La fórmula resulta: consiste en enfurecer al público con rock and roll y luego calmarlo con gestos, movimientos y "lalalalás", para poco despúes volver a hacer saltar a las cerca de 8000 personas presentes con los riffs archiconocidos de McCarthy.
Es un show sencillo, corto, efectivo, y musicalmente magistral. Pasaron Do You Want To?, This Boy y The Dark of the Matinèe, lo acompañaron Ulysses con Michael, y se fueron del primer round con un Outsiders fantástico, donde los cuatro integrantes pusieron una batería y la masacraron en una sincronización magnífica.
Volvieron con Jaqueline, mientras una estrella fugaz que no pasó desapercibida para el público cruzaba el cielo luqueño. Hicieron golpear los zapatos con What She Came For y Lucid Dreams. También quisieron quemar la ciudad con This Fire. Se fueron jugando con la consola sintética, convirtiendo la pista en un concierto dance-pop-dark, al más puro estilo de Depeche Mode. El sonido, impecable.
A la tarde tuvimos la chance de recorrer con Nick McCarthy, un tipo sencillísimo. Lo llevamos a un paseo por los lugares "no regularmente turísticos" de Asunción. Caminó por los pasillos del Mercado 4 y conoció la casa de José Asunción Flores. Con cara triste al ver tanta humildad dijo ¿me pregunto de dónde venía su inspiración? Vivió en carne propia la piratería local, comprando su mismo disco por 1 dólar. Sólo que éste CD tenía los grandes éxitos "no oficiales". Quedó el lado jocoso, pero también le comentamos los altos precios de vivir legal con los discos orginales.
Minutos previos al show McCarthy expresó: Siempre cambiamos. No queremos ser un grupo más del montón. En los festivales en donde estamos la mayoría de las bandas usa pistas. Nosotros hacemos las cosas en vivo. Es más real. No somos músicos prodigiosos y cada uno hace lo que puede nos comenta el inglés nacido en Liverpool, que quedó viciado por la chipa soo que compramos en el paseo.
Pero pese a la modestia de McCarthy, los cuatro son unos excelentes músicos. Tocan de memoria, así como en el fútbol lo hacen los grandes equipos.
En cuanto al público, muchos no lo conocían hasta el concierto de anoche. Algunos se habrán retirado satisfechos, otros no. Total, sobre gustos no hay nada escrito. Lo cierto y concreto es que nadie puede negar que el show en vivo fue genial. No en vano la prestigiosa revista New Musical Express le dio el premio a "Mejor concierto en vivo de un grupo británico" en el 2005.
Los dos días de Alex Kapranos en Paraguay le sirvieron para decir mbaeichapa (cómo están) e iporâ a sus fans, que eufóricos aplaudieron la incursión guaraní del vocalista.
Se puede escribir mucho sobre las músicas. Pero lo vivido y las emociones sólo quedan plasmadas en el recuerdo de los que fueron. Esperemos que el concierto de Franz Ferdinand sea el punto de referencia para otros grandes exponentes de la música anglosajona y sus nuevos tours.
Es un show sencillo, corto, efectivo, y musicalmente magistral. Pasaron Do You Want To?, This Boy y The Dark of the Matinèe, lo acompañaron Ulysses con Michael, y se fueron del primer round con un Outsiders fantástico, donde los cuatro integrantes pusieron una batería y la masacraron en una sincronización magnífica.
Volvieron con Jaqueline, mientras una estrella fugaz que no pasó desapercibida para el público cruzaba el cielo luqueño. Hicieron golpear los zapatos con What She Came For y Lucid Dreams. También quisieron quemar la ciudad con This Fire. Se fueron jugando con la consola sintética, convirtiendo la pista en un concierto dance-pop-dark, al más puro estilo de Depeche Mode. El sonido, impecable.
A la tarde tuvimos la chance de recorrer con Nick McCarthy, un tipo sencillísimo. Lo llevamos a un paseo por los lugares "no regularmente turísticos" de Asunción. Caminó por los pasillos del Mercado 4 y conoció la casa de José Asunción Flores. Con cara triste al ver tanta humildad dijo ¿me pregunto de dónde venía su inspiración? Vivió en carne propia la piratería local, comprando su mismo disco por 1 dólar. Sólo que éste CD tenía los grandes éxitos "no oficiales". Quedó el lado jocoso, pero también le comentamos los altos precios de vivir legal con los discos orginales.
Minutos previos al show McCarthy expresó: Siempre cambiamos. No queremos ser un grupo más del montón. En los festivales en donde estamos la mayoría de las bandas usa pistas. Nosotros hacemos las cosas en vivo. Es más real. No somos músicos prodigiosos y cada uno hace lo que puede nos comenta el inglés nacido en Liverpool, que quedó viciado por la chipa soo que compramos en el paseo.
Pero pese a la modestia de McCarthy, los cuatro son unos excelentes músicos. Tocan de memoria, así como en el fútbol lo hacen los grandes equipos.
En cuanto al público, muchos no lo conocían hasta el concierto de anoche. Algunos se habrán retirado satisfechos, otros no. Total, sobre gustos no hay nada escrito. Lo cierto y concreto es que nadie puede negar que el show en vivo fue genial. No en vano la prestigiosa revista New Musical Express le dio el premio a "Mejor concierto en vivo de un grupo británico" en el 2005.
Los dos días de Alex Kapranos en Paraguay le sirvieron para decir mbaeichapa (cómo están) e iporâ a sus fans, que eufóricos aplaudieron la incursión guaraní del vocalista.
Se puede escribir mucho sobre las músicas. Pero lo vivido y las emociones sólo quedan plasmadas en el recuerdo de los que fueron. Esperemos que el concierto de Franz Ferdinand sea el punto de referencia para otros grandes exponentes de la música anglosajona y sus nuevos tours.