Leoz “hipotecó” la Copa por 15 temporadas

Nicolás Leoz empeñó los derechos de televisación de la Copa Libertadores en el año 2003 por un total de 15 temporadas a la empresa T&T, que según los EE.UU. sobornó para hacerse con los permisos. Conozca la trama detrás del fútbol.

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Un cántico de cancha suena muy fuerte en cada partido de Copa Libertadores: “Dale, dale… queremos la Copa”. El torneo a nivel de clubes más importante de América despierta pasiones en miles de aficionados del fútbol. El que sí se llevó la Copa Libertadores, por decirlo de alguna manera, y por 15 años fue la empresa T&T, una unión entre las otrora poderosas Torneos y Competencias, de Argentina, y Traffic, de Brasil.

El viernes 22 de agosto de 2003 fue un buen día para Nicolás Leoz. Él, en nombre de la Conmebol, había asegurado un contrato de cesión por los derechos de televisación de la Copa Libertadores de América desde su edición 2004 hasta la de 2010. Posteriormente el contrato se extendió en dos ocasiones luego de que T&T haya pagado millonarias sumas de dinero. La Copa Libertadores estaba en manos de este grupo empresarial desde su edición 2004 hasta la del 2018.

La Conmebol cedió los derechos de televisación de la Libertadores por esas 15 temporadas por un total de US$ 262.120.000, con dos primas de extensión que totalizaron US$ 8 millones. La primera se firmó en 2008 (por temporadas 2011-2014) y la segunda en el 2013, antes de que Leoz deje la presidencia, por las temporadas 2015-2018.

La acusación dada a conocer por los Estados Unidos el año pasado afirma que la empresa T&T coimeó a Leoz y a otros directivos de la Conmebol para asegurar estos derechos de televisación del certamen anual más importante de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF). Otros beneficiados en el esquema, según los documentos de los EE.UU. y los contratos a los que accedió ABC Color, son Eugenio Figueredo, ex vicepresidente de la CSF (y presidente cuando Leoz dejó la titularidad); el eterno secretario general, el argentino Eduardo De Luca, y el ex vicepresidente de la FIFA y titular de la Asociación del Fútbol Argentino, el fallecido Julio Grondona.

A simple vista, todos estos acuerdos parecen tener un sustento en la legalidad, excepto por un detalle muy importante. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos asegura en la acusación presentada en mayo de 2015 y ampliada en noviembre, cuando fue detenido Juan Ángel Napout en Zúrich, que dos empresas vinculadas con T&T llamadas Somerton y Valente (ubicadas en paraísos fiscales) sirvieron como intermediarios para pagar sobornos a las autoridades de la Conmebol, como por ejemplo el acusado Nicolás Leoz, quien hoy guarda prisión domiciliaria y está a la espera de una extradición a los Estados Unidos.

Para entender las negociaciones de la Conmebol con las diferentes empresas es importante saber que la entidad matriz del fútbol sudamericano tiene tres competencias emblema a la hora de vender. Ellas son la Copa América, las Eliminatorias, y la Copa Libertadores de América.

Torneos y Traffic era una empresa que estaba liderada por Alejandro Buzarco, hoy procesado también como Leoz, Napout y otros ex “popes” de la Conmebol en varias causas que van desde conspiración ilegal para delinquir hasta el pago ilegal de sobornos. T&T era gestionada la multinacional Mossack Fonseca y tenía su sede primero en las Islas Caimán (paraíso fiscal) y luego, a mediados de la década pasada, migró a Holanda, donde levantó serias sospechas de conducta empresarial fraudulenta.

Traffic, por su parte, estaba comandada en los ‘80 por José Hawila, quien según la acusación de los Estados Unidos pagó sobornos a Leoz y a otros directivos de Conmebol para hacerse con los derechos de transmisión de las Copas América desde el año 1987 hasta 1995. El mismo Hawila había confesado haber hecho esos pagos.

Dentro del documento de la acusación de los Estados Unidos se detalla que el 23 de enero de 1991 se firmó en Asunción un contrato entre la empresa Traffic y la Conmebol en Asunción. Este documento se firmó en la sede del Banco do Brasil de Asunción, cuyo edificio es propiedad de Nicolás Leoz.

Como anécdota, la acusación de los EE.UU. añade que ese mismo día –el miércoles 23 de enero– en el evento de la firma de contrato todos los directivos tanto de la Conmebol como de Traffic firmaron el acuerdo, pero no lo hizo Leoz, el hombre clave para que se haga efectivo el documento.

El extitular de la Conmebol tenía planeada otra estrategia. “En ese tiempo, el cómplice 2 (José Hawila) firmó el contrato en nombre de Traffic, así como también dos directivos de Conmebol. El acusado Nicolás Leoz no firmó ese día. Luego, en una reunión privada, Leoz le dijo al cómplice 2 (José Hawila) (…) que el cómplice 2 (Hawila) haría mucho dinero con los derechos que estaba adquiriendo y que Leoz no creía que era justo que él no hiciera dinero (por la firma de contrato)”, reza parte del documento de la Fiscalía norteamericana. “Leoz le dijo al cómplice 2 que él no iba a firmar el contrato si el cómplice 2 (José Hawila) no acordaba pagarle una coima. Luego de que el cómplice 2 haya acordado hacer el pago, Leoz firmó el contrato. El cómplice 2 pagó una suma en dólares de seis dígitos (NdR: cientos de miles de dólares, no especificados en el documento) a una cuenta elegida por Leoz”.

Hawila, con los años, dejó el protagonismo de Traffic a uno de sus fieles llamado José Margulies, también conocido el alias “José Lázaro”, quien era dueño de las empresas “coimeadoras” como Somerton y Valente. Estos documentos se desprenden de la investigación internacional “Panamá Papers”, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y de los archivos filtrados de la multinacional Mossack Fonseca.

Monserrat Jiménez, la directora jurídica de la Conmebol, confirmó a ABC Color a través de un correo electrónico que el contrato con T&T fue rescindido el año pasado, durante la presidencia de Juan Ángel Napout, quien ahora también está procesado por el caso de sobornos. La Conmebol recién cortó lazos con T&T cuando se dio a conocer el caso de “FIFA-gate”, a mediados del año pasado.

La dueña de los derechos de televisación es ahora la empresa Fox International Channels, del conglomerado estadounidense 21st Century Fox. Ellos pagaron, según Conmebol, US$ 450 millones por los derechos de la Copa Libertadores, la Recopa y la Sudamericana de los años 2016, 2017 y 2018. ABC Color ya había publicado que en noviembre pasado que la Conmebol había rechazado una oferta de la empresa GLOBAL SPORTS (del empresario Francisco “Paco” Casal) por los derechos de televisión de la Copa Libertadores y la Sudamericana entre el 2015 y el 2020 por un total de US$ 805 millones.

Próxima entrega: ¿Quién es José Margulies y cómo operaban Somerton y Valente, las empresas que según EE.UU. sobornaron a directivos de Conmebol?


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