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2 de abril de 2014. Mientras la familia Fick Bremm se preparaba para cenar y descansar luego de una jornada de trabajo, afuera un grupo de desconocidos fuertemente armados llegaba hasta su domicilio ubicado en la colonia Paso Tuyá del distrito de Azote’y en el límite entre los departamentos de Concepción y San Pedro.
Los malvivientes, quienes se identificaron como miembros del grupo criminal EPP, llevaron al hijo menor de la familia, Arlan, un adolescente que en aquellos días tenía 17 años. Neusa, una de las hijas de Álcido, logró hacer un pedido de auxilio a la Policía y denunció que eran víctimas de un asalto.
Los secuestradores le exigieron a Arlan que junte unas pocas ropas, para luego ir a internarse en los montes, donde iba a pasar 267 días. Sin embargo, el pedido de auxilio llegó a destino y la ayuda estaba en camino.
Un vehículo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) llegó hasta la propiedad de los Fick y ahí se dio un encuentro mortal. Solo cuando estuvieron cara a cara, los uniformados se dieron cuenta que los que estaban en el sitio eran del EPP. Se dio el fuego cruzado entre ambos bandos, lo que dejó como saldo varias muertes.
Poco tiempo después, la familia recibía la advertencia: debían pagar US$ 500.000 para volver a ver a Arlan con vida.
Se rompía así el silencio. Tras casi cinco años, el grupo criminal volvía a perpetrar un secuestro; el último había sido el del ganadero Fidel Zavala, en 2009. Y el último caso de secuestro que se había registrado en el Paraguay había tenido lugar en 2011, cuando la joven Dalia Scappini fue llevada contra su voluntad mientras se desplazaba por Asunción.
La industria del secuestro, que se había convertido en un “negocio” de grandes cantidades de dinero a principios de la década del 2000 había regresado.
El gobierno mintió durante varios días sobre el caso de secuestro y aseguraba de manera insistente que en realidad el golpe que había sido planeado por meses se trataba de un intento desesperado por parte de los miembros del grupo criminal para conseguir víveres, pues el buen trabajo les estaba generando muchos problemas. La versión oficial inicial era que Arlan había sido llevado para ser utilizado como escudo durante la huida, una mentira que terminaría cayendo una semana después.
El secuestro de Arlan, como señalamos líneas arriba, marcó el inicio del regreso del secuestro al Paraguay. Un par de meses más tarde, en julio de 2014, los criminales capturarían al suboficial Edelio Morínigo Florenciano, mientras éste se encontraba de cacería junto a un grupo de amigos.
De esta manera, se perpetraba el primer secuestro doble por parte del grupo criminal. En el caso de Edelio, los criminales quisieron utilizar en diversas oportunidades su vida como una simple moneda de cambio: su vida y libertad por la liberación de miembros del grupo criminal condenados por crímenes como secuestros y asesinatos.
Edelio lleva más de dos años y tres meses en manos del grupo criminal. Todos los días, rompe su propia y triste marca de ser el secuestrado con más tiempo en manos de sus captores. Además, es el primer efectivo policial capturado y el primer caso en el que se pretendía un trueque de este tipo, algo que ya estaba previsto en el “manual” del grupo criminal EPP, una copia del actuar de las FARC colombianas.
Arlan fue liberado en la Navidad de 2014, pero un par de semanas después fueron capturados Robert Natto y Érika Raiser, ciudadanos alemanes que fueron asesinados durante un confuso enfrentamiento entre el EPP y la FTC, mientras el grupo criminal se retiraba de la estancia en la que había secuestro a ambos.
En agosto de 2015, el colono menonita Abrahán Fehr Banman era secuestrado mientras volvía a su casa en la colonia Manitoba tras una jornada de trabajo en el campo. En julio de este año, los criminales se llevarían a Franz Wiebe, un adolescente de 17 años que se dedicaba a trabajar en el campo para ayudar a su familia a conseguir el sustento.
Además de los secuestros perpetrados por el grupo criminal EPP, se registraron otros casos como el Celestino Lopes Mattos, raptado en el Alto Paraná y por el que pedían US$ 10.000 de rescate pero que finalmente fue liberado. Con apenas unas horas de diferencia, eran secuestrados en la zona norte del país Modesto Antonio Alfonso y José Rómulo Rojas, por cuya libertad pedían G. 700.000.000, pero que consiguieron escapar.
Tiempo después, en la zona de Nueva Germania, departamento de San Pedro, serían raptados Walter Helmut Flaslamp y Fabián Saucedo Espinoza. Por ambos pedían G. 300 millones, pero también consiguieron escaparse de sus captores.
El miércoles, el ganadero Félix Urbieta, tío del gobernador del departamento de Concepción y del intendente de la ciudad homónima, fue llevado contra su voluntad por criminales que exigen US$ 500.000 para permitirlo regresar con vida a su hogar. Hasta el momento no se confirma ni se descarta que el grupo criminal EPP sea el responsable del caso.
Tras casi dos décadas de existencia, el EPP ha perpetrado 11 secuestros, 7 de los cuales han tenido lugar durante los primeros tres años de mandato de Cartes. Es decir, en promedio se registraron dos secuestros por año desde que el colorado llegó al poder.
A esto hay que sumarle que el de Cartes es el que arroja los peores números en lo que a lucha contra el grupo criminal se refiere. De los 116 atentados que llevan en dos décadas, 59 han tenido lugar desde la llegada al poder del “Nuevo Rumbo”.
Durante el mandato de Cartes se han registrado 36 víctimas fatales por parte del EPP: 17 civiles, 8 policías y 11 militares. Hasta antes de la asunción del actual mandatario, no se habían registrado bajas en filas castrenses. Más de la mitad de las muertes a manos del grupo criminal han tenido lugar bajo el gobierno colorado.
El gobierno de Cartes registra un promedio de una víctima fatal por mes a mano del grupo criminal.
Además, esta banda ha perpetrado sus dos ataques más letales durante el presente gobierno. El primero había sido el del 17 de agosto de 2013, cuando asesinaron a cinco personas; una triste marca que se rompió hace ya casi dos meses en Arroyito, donde murieron ocho compatriotas.
Si tuviéramos en cuenta el global de casos de secuestro, se han cometido 12 plagios desde la llegada de Cartes al poder. Es decir, un promedio de cuatro por cada año de mandato. Con esto, se convierte en el segundo gobierno con la mayor cantidad de secuestros en su período, superado solo por el de Nicanor Duarte Frutos, durante el cual se perpetraro 30 plagios.
juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano
Infografía: Rodrigo Pujol (rodrigo.vergara@abc.com.py - @PujolRodrigo)