Olimpia y el fantasma de la Intermedia en 1940

A nivel dirigencial, el fútbol paraguayo siempre ha tenido más sombras que luces y aún así ha logrado cosechar algunos éxitos que quizás no vayan muy acorde a la calidad del material deportivo humano con que se ha contado desde siempre.

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La falta de planificación ha sigo una constante y ha repercutido muchas veces en la preparación de los seleccionados nacionales y en otras ha incidido en los campeonatos locales. 

El torneo de Primera División de 1940 fue uno de los peores en cuanto a organización, pues hasta hasta el 9 de marzo de ese año, no existía un reglamento que contemple una gran cantidad de situaciones, entre ellas, el ascenso y descenso de los equipos de Intermedia y Primera respectivamente. 

En 1939, el club 24 de Setiembre se consagró campeón de la Intermedia pero no ascendió a Primera porque no estaba contemplada esa posibilidad en esos años posteriores a la Guerra del Chaco. 

Sin embargo, el 9 de marzo de 1940, los delegados de los clubes de la Primera División, acordaron agregar a las reglas, la disposición del descenso del último en el puntaje de la tabla de posiciones de la Primera División pero no así el ascenso del campeón de la Intermedia. Los clubes que se encontraban en Primera División eran: Cerro Porteño, Libertad, Guaraní, River Plate, Olimpia, Atlántida, Nacional, Sol de América, Presidente Hayes, Atlético Corrales y Sportivo Luqueño.

La idea era dejar con diez equipos al principal certamen de la Liga Paraguaya de Fútbol pues el torneo de 1940 había iniciado con once participantes.

Hasta ese momento, los campeonatos organizados por la Liga Paraguaya de Fútbol en sus distintas categorías, era regidos por leyes dispersas, reglamentaciones, disposiciones acumuladas en el tiempo y antecedentes de como se obró en situaciones similares años atrás. 

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El campeonato de Primera División de 1940 inició con dos hechos que a la larga tendrían influencia en su historia, la reimplementación del sistema de descenso y el comienzo de la redacción de un nuevo reglamento que compilaba todas esas leyes dispersas, reglamentaciones puntuales, disposiciones creadas a lo largo de los campeonatos y por supuesto los antecedentes de casos anteriores. 

Los señores Juan Arturo Lavigne y Manuel Bedoya fueron los artífices de esta codificación, que se convirtió en el instrumento legal de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol y se resolvió su aplicación desde el 1° de enero de 1941. 

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El campeonato de 1940 inició con once clubes participantes, con Cerro Porteño como vigente bicampeón que mantuvo su paso demoledor durante todo el certamen a tal punto de consagrarse tricampeón por primera vez en su historia, varias fechas antes de culminado el torneo. 

Como el sistema de descenso había sido instaurado por la divisional, el atractivo de lo que restaba del campeonato se centraba en conocer quien dejaría la categoría principal para ir a la Intermedia en 1941.

River Plate, Nacional, Atlántida, Presidente Hayes e increíblemente Olimpia, luchaban por no perder la categoría.

Olimpia, quien había arrancado como uno de los favoritos, increíblemente iba dejando escapar puntos tras puntos en juegos donde era muy superior al rival pero no podía concretar.

Los periodistas deportivos, en sus columnas de opiniones de la época atribuyeron este hecho a la juventud de los delanteros con que contaba el cuadro franjeado.

El club que encabezada la tabla de campeonatos ganados ahora cerraba la tabla de posiciones del torneo de 1940 y no levantaba cabeza para desesperación de sus dirigentes, jugadores y aficionados. 

La anarquía se adueñó del plantel decano, que sumado a una delicada situación económica y a los malos resultados, hacía presagiar el descalabro de la institución a nivel deportivo. 

La Comisión Directiva de la entidad de la Avenida Colombia (antigua denominación de la Avenida Mariscal López) decidió expulsar al arquero Enrique Galeano y suspender a los jugadores Porfirio Sosa Lagos y Albino Chaparro, por haber viajado a Misiones a jugar un torneo de aficionados dejando de lado un crucial juego de Olimpia, que no lograba salir del fondo de la tabla.

Se tuvo consideración para los dos últimos pues avisaron de su partida a Misiones aunque el permiso les había sido negado en su momento. 

En otra reunión de la Comisión Directiva, se instaba a los asociados a ponerse al día con las cuotas sociales. De alguna manera los dirigentes de ese entonces relacionaban la mala campaña del primer equipo con la pésima situación financiera.

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El 2 de setiembre de 1940, la Comisión Directiva emitía un comunicado contestando una publicación aparecida en las paginas deportivas del diario El País donde se sugería que el descenso no iría a ser ejecutado sobre todo si quien resultara afectado fuera una institución con tradición y capacidad económica. 

En el comunicado emitido se daba cuenta que las posibilidades de salvarse del descenso eran remotas y el club asumiría la situación con “sencillez decorosa” y convencidos que darían un ejemplo a ser imitado, criticando solapadamente a otras instituciones que habrían evitado una situación similar en años anteriores, amparándose en las lagunas legales generada por la ausencia de un reglamento que cubra de manera satisfactoria a los campeonatos de la Liga Paraguaya de Fútbol. 

La protesta contra el club Atlántida por la actuación anti reglamentaria del jugador Adolfo Etcheverry, quien jugó ante Olimpia a pesar de estar suspendido, posteriormente no pasó de ser un hecho anecdótico pues aunque en su momento una rápida resolución del reclamo de Olimpia, lo hubiese puesto muy cerca de uno de los rivales con quien disputaba la posibilidad de no ser último. 

Se llegó a la última fecha sin resolver un tema tan delicado pues Olimpia era último con 14 puntos y Atlántida estaba un poco más arriba con 16.

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Con Cerro Porteño como campeón, la lucha estaba por conocer quien sería el vice y por ese puesto luchaba Sol de América, el siguiente rival de Olimpia. Atlántida se enfrentaba a Libertad, quien también aspiraba al segundo lugar dependiendo de una combinación de resultados.

La estrepitosa derrota por cinco a uno en la última fecha ante Sol de América y el empate a dos goles entre Atlántida y Libertad, dejó a Olimpia a tres puntos del cuadro azul y negro y la protesta recién fue resuelta ¡cuatro años después! dando la razón al franjeado. 

Olimpia finalizó el certamen de 1940 en la última posición con catorce puntos, tres menos que Atlántida y con reclamos por malas actuaciones arbitrales. 

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Una vez aprobado el nuevo reglamento de la Liga Paraguaya de Fútbol y que sería aplicado desde el 1° de enero de 1941, los representantes de los clubes Libertad, Guaraní y Nacional plantearon dejar sin efecto el reglamento temporal que había sido aprobado el 9 de marzo de 1940, poco antes del inicio del campeonato. 

Es importante recordar que este reglamento temporal contemplaba la posibilidad del descenso a partir de 1940 pero al quedar sin efecto su aplicación a pedido de Libertad, Guaraní y Nacional, el campeonato volvió a su estado anterior, sin descenso. 

El nuevo reglamento preparado por los dirigentes Lavigne y Bedoya si contemplaba el descenso y ascenso pero recién fue implementado a partir de 1941. 

Los aficionados rivales de Olimpia aluden a un decreto que salvó al club de la “Avenida Colombia” de ir a Intermedia, y que en realidad fue un acuerdo para no implementar un reglamento provisorio en 1940, meros formalismos que hoy poco o nada interesan al aficionado.

En pocas palabras, la creación de un nuevo y más completo reglamento en la Liga Paraguaya de Fútbol, suprimiendo el anterior, salvó a Olimpia de jugar en la División Intermedia en 1941.

El club Sport Colombia fue campeón de la Intermedia en 1940, pero no se había previsto el ascenso de ningún equipo para ese entonces.

Al igual que con el campeonato de 1929, donde Cerro Porteño terminó en último lugar al concluir la primera rueda y que finalmente sería la única en todo el campeonato, los datos que nos permitieron presentar este artículo se encuentran a disposición de todos los interesados en la Biblioteca Nacional.

Para conocer la situación del campeonato de 1940, accedimos a ediciones de los meses de marzo, setiembre y octubre de 1940 de los diarios La Tribuna y El País, ambos de Asunción.

Una vez más reiteramos la importancia de digitalizar todas estas ediciones, al precio que fuere, para evitar ir perdiendo fragmentos de la historia cotidiana del Paraguay. 

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