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Con mucho esfuerzo, la pequeña industria se mantiene; sin embargo, se requiere mayor apoyo del Estado.
Suiza, país que figura entre las economías más prósperas, adquiere elementos artesanales de la localidad cordillerana desde el 2001.
Portafolios, carteras, billeteras, mochilas, riñoneras, cintos y bolsos de viaje hechos en cuero nacional y con mano de obra 100% paraguaya. Todo tipo de productos hechos de marroquinería (trabajo refinado en cuero) van a parar al mercado europeo, luego de pasar por las laboriosas manos de los artistas.
Se trata de familias que fueron capacitadas por técnicos extranjeros a través de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ).
“Fue una lucha constante. Tuvimos una lucha tenaz, la cual seguimos hasta hoy”, recuerda Arnaldo Vera, del gremio de artesanos en Cordillera.
Los lugareños se organizaron y con apoyo lograron conquistar el exigente mercado internacional, en base a la calidad y una mayor consideración con el medio ambiente en el proceso de elaboración.
A diferencia de otros, los productos exportados desde la localidad no llevan gran cantidad de químicos.
El cuero es enriquecido con tanino para luego ser sometido al proceso de coloración con elementos ecológicos.
El trabajo final, de fina costura, es empaquetado y enviado a Suiza, donde tiene gran aceptación.
“Es muy valorado nuestro trabajo en el exterior, es de primer nivel. Acá nos enseñaron a ser buenos profesionales”, sostiene Arnaldo Vera.
Los envíos se realizan en promedio cada dos meses, con lo que el grupo, compuesto por unas 20 familias, obtiene un ingreso anual de más de 120.000 dólares (poco más de 500 millones), según detalles dado por el artesano.
Pese a los esfuerzos y el trabajo sostenido, en estos 10 años no se logró un crecimiento exponencial en el sector, debido al insuficiente respaldo de las autoridades, comenta a su vez Mario Luis Britos, de la Asociación de Talabarteros y Marroquineros de Caacupé.
“Esto debería extenderse más, pero como somos minoría no nos hacen caso”, lamenta.
El profesional destaca que se trata de personas que recibieron cuatro años de instrucción para llevar adelante finos trabajos que puedan tener aceptación en el exterior.
“Realmente, estamos levantándonos en comparación con tiempos anteriores. Se nos da más atención, pero necesitamos dignificar a nuestros humildes artesanos”, expresa por su parte Arnaldo Vera.
El artesano recuerda que este trabajo no representa un ingreso fijo y que dependen de las condiciones del mercado y del nivel de respaldo gubernamental.
“Tengan en cuenta que también somos componentes de la cultura paraguaya”, expresa.