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En el último año de la dictadura de Alfredo Stroessner se mencionaba que podría haber una conspiración en su contra. Pero el mismo dictador se mostraba confiado.
Los protagonistas de aquella gesta mencionan que la operación se llamaba 33 por que debía realizarse el 3 de febrero a las 3 de la mañana. Pero el 2 de febrero las cosas tuvieron que adelantarse.
La idea era secuestrar al dictador y hacerle dimitir sin enfrentar militarmente a los leales. Es así que el operativo dirigido por el general Andrés Rodríguez, consuegro de Stroessner, arrancó antes de las 20:00 y ante la información de que el dictador se encontraba en la casa de su amante Ñata Legal.
En la tarde del 2 de febrero, Stroessner hacía su vida normalmente por lo que visitó en su casa a su amigo el coronel Feliciano Duarte. Tras esa visita se dirigió a la casa de Ñata Legal (en la misma zona donde se encuentra actualmente el edificio del Word Trade Center) donde parecía una presa fácil para los revolucionarios, testigos aseguran que una llamada advirtió al dictador de lo que ocurría, por lo que pudo huir del lugar antes de que lleguen los de la Caballería a pedir su rendición. En ese sitio se produjeron las primeras bajas entre los miembros del Regimiento Escolta que defendían la casa y las fuerzas de la Caballería.
Stroessner llegó en automóvil hasta la casa de su hijo Freddy, ubicada frente a Mburuvicha Róga, sobre la avenida Mcal. López, de allí fueron junto a su nuera Patricia Heickel y su hija Gracielita hasta el Batallón Escotal Presidencial que se encuentra en Mcal. López y Gral. Santos, de allí Stroessner y sus familiares pasaron al edificio de al lado, donde funcionaba el Comando en Jefe y se resguardaron en el mismo.
EL SECUESTRO FRACASÓ
Aproximadamente a las 21:00 los coroneles Eduardo Allende y Mauricio Díaz Delmás comunicaron que no pudieron capturar al dictador en la casa de Legal, el secuestro fracasó y el operativo 33 tuvo que realizarse inmediatamente, no se podía esperar hasta las 3:00 del día siguiente.
La caballería se desplaza en tanques militares hasta la zona del Regimiento Escolta, sin saber aún que el presidente se encontraba en el recinto de al lado. Los cabecillas se autodenominaban “Carlos” y sus comunicaciones por radio se pudieron oír en vivo por Radio Cáritas.
Uno de los primeros Carlos en acudir junto a sus subordinados fue el entonces coronel Lino Oviedo Silva, dirigía una docena de tanquetas y más de un centenar de hombres. El mismo se ubicó a una cuadra del Comando en Jefe, mientras que el coronel Pedro Concepción Ocampos llegó con sus tanques Cascavel hasta frente al Club Olimpia, el Escolta estaba rodeado y comenzó la resistencia luego de las nueve de la noche.
Los revolucionarios intentaron convencer a los leales al dictador de deponer las armas y aseguraban que serían bien tratados. La condición era marchar desarmados hasta la escuela de educación física militar, a unas cuadras sobre la avenida Gral. Santos, al Hospital Militar (que funcionaba en el edificio del actual Hospital de Trauma) o el Club Olimpia, zonas copadas por los sublevados.
El vicealmirante Eduardo González Pettit, al mando de la Marina, por su parte era el designado para apoderarse del Palacio de Gobierno, el Cuartel Central de Policía e Investigaciones. También tomó los medios de comunicación, como Radio Primero de Marzo y Canal 9, en los que la proclama de Andrés Rodríguez comenzó a sonar en la madrugada de forma ininterrumpida.
LAS PRIMERAS BANDERAS BLANCAS
Neutralizada la Comandancia, el jefe de Policía Gral. Britez Borges, quien resistía con 50 hombres se rindió y es conducido hasta la Caballería en calidad de detenido.
Al transcurrir la noche los leales al dictador eran solamente ya la Fuerza Aérea, y el arma de Stroessner la Artillería, la única capaz de ejercer resistencia a lo que se estaba gestando. A las 23:00 el coronel Regis Romero llegó al predio de la Fuerza Aérea en Ñu Guasu e intimó la rendición de los comandantes, quienes no resistieron y fueron hasta la Caballería para rendirse ante el Gral. Rodríguez. El coronel Regis Romero informó que la aviación se rindió a las 23:30, esta se convirtió en una victoria clave, con los aviones sobrevolando el temor era que bombardeen a las fuerzas revolucionarias.
LA CAÍDA
Tras sufrir bajas los defensores de Stroessner se repliegan hasta el Batallón Escolta y la defensa del dictador va camino a la rendición, pero los leales vacilan, se piensa que intentan ganar tiempo para que la Artillería pueda reaccionar y movilizarse desde Paraguarí. Los Carlos mencionan que todo debe definirse antes del amanecer e intiman rendición a los leales al dictador.
Stroessner se encontraba en el Comando en Jefe, un edificio entre el Escolta Presidencial y el Ministerio de Defensa, los responsables de la gesta informan que el “número uno” estaba en el Escolta y los Carlos, decididos, se lanzan contra el mismo.
El coronel Lino Oviedo ingresa al edificio donde se encontraba Stroessner y su familia, logra la capitulación y lo lleva detenido hasta la caballería dentro del coche presidencial, junto a su familia y el propio Oviedo con dos granadas en las manos. Además estaban escoltados por dos tanquetas que apuntaban sus cañones al auto para evitar cualquier maniobra.
A medianoche en las radios se escucha la primera proclama del general Andrés Rodríguez que decía: “Queridos compatriotas, apreciados camaradas de las Fuerzas Armadas: Hemos salido de nuestros cuarteles en defensa de la dignidad y el honor de las Fuerzas Armadas, por la unificación plena y total del coloradismo en el Gobierno, por la iniciación de la democratización del Paraguay, por el respeto a los Derechos Humanos, por la defensa de nuestra religión cristiana, católica, apostólica y romana. Eso es lo que yo le estoy ofreciendo con el sacrificio del soldado paraguayo a nuestro querido, valiente y noble pueblo paraguayo. Y espero que los camaradas de las Fuerzas Armadas me acompañen en estas circunstancias, porque estamos defendiendo una causa noble y justa que redundará en beneficio de nuestro heroíco y noble pueblo paraguayo”.
Tras la proclama los aviones Xavantes vuelan desarmados para demostrar la adición de la Fuerza Aérea y dar tranquilidad a quienes se levantaron en armas. Media hora más tarde se repetía la proclama de Andrés Rodríguez cada 10 minutos.
EL FIN DE LA DICTADURA
Siendo las 3:00 de la mañana del 3 de febrero, hora en que originalmente debía comenzar el golpe de Estado, Stroessner llegaba derrotado hasta la Caballería en Campo Grande. Testigos aseguran que los consuegros no volvieron a conversar nunca más.
Ya en la Caballería el dictador firmó su renuncia a la presidencia de la República y culmina el levantamiento. El documento mencionaba: "Asunción, 3 de febrero de 1989. Por este documento presento mi renuncia indeclinable al cargo de presidente de la República del Paraguay y al de Comandante en Jefe de sus Fuerzas Armadas".
Las calles del microcentro explotaron de júbilo, las personas salieron a festejar el derrocamiento del dictador en la calle Palma y encendidos discursos pudieron por fin realizarse a la luz del día.
Rodríguez se autoproclamó presidente temporal y anunció que se llamará a elecciones democráticas por primera vez en varias décadas. Siendo las 17:00 Andrés Rodríguez Pedotti juró como presidente provisorio.
El dictador estuvo incomunicado y detenido en la Caballería hasta que el 5 de febrero, con su entonces cansino caminar, subió por las escaleras del avión de Líneas Aéreas Paraguayas con destino a Brasil que le concedió asilo político, donde vivió hasta su deceso.
En este link se puede observar el especial multimedia realizado por ABC Color cuando se cumplían 25 años del golpe.
Vea mañana: Tres décadas de democracia