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En un universo particular de canciones vive -y sobrevive- este músico y compositor porteño, que no se cansa de descubrir a colegas, dejarse llevar por nuevos géneros e instrumentos que musicalizan la canción popular latinoamericana.
Con cinco discos solistas editados, y otros dos con su anterior agrupación (Fena y los Gómez), Della Maggiora sigue la genética del rock argentino, aunque sin cesar en su búsqueda.
Los memoriosos recordarán su paso como uno de "Los Rapporteros", la frenética cápsula del ciclo de humor VideoMacht, cuando el baile y las peleas mediáticas todavía no eran centro de la propuesta de Tinelli. Justo a tiempo, el músico había decidido huir, para escaparse a España.
-En aquel momento te corriste de la televisión. ¿Sentiste que te iba a devorar esa industria?
-No, no... sentí que me iba a comer. Yo me fui, me escape, me fui a España yo. En un momento en que me querían renovar el contrato por mucha guita, yo elegí irme. En vez de "pactar con el diablo", me fui a España; estuve tres años laburando como autor para revitalizarme yo como músico, porque "esa" televisión te come, te devora, y ahora hago televisión, pero hago documentales de música. No estoy haciendo televisión comercial... no la haría.
-En tu ciclo de documentales de música entrevistaste a referentes del continente. ¿Cómo fueron esos encuentros?
-Estuve con Djavan, Milton Nascimento, con Caetano (Veloso), Ruben Blades, Gilberto Gil, con Silvio Rodríguez... Fueron encuentros extraordinarios; de esos encuentros salieron amistades, en algunos casos y, en otros casos, muchos contactos para poder tocar afuera. Fuimos a tocar a Colombia después de eso, fuimos a tocar a Cuba, fuimos a tocar a Venezuela, y ese es otro tipo de televisión. Eso es algo que a mí me interesa hacer. Eso soy yo, lo otro (VideoMatch) no era yo, y fue una etapa que, bueno, un poco me devoró tanta popularidad... no me sirvió para la música.
-Lo padeciste, en su momento...
-En su momento lo padecí, me tuve que ir. Tanta exposición no me hizo bien a mí. De hecho, tuve miles de ofertas después, de mucha guita, y las rechacé todas.
-Desde tus inicios contaste con el aval de figuras como Charly García y Fito Páez... ¿hacia dónde encarás tu carrera, hoy?
-Estoy por empezar un disco nuevo, un disco acústico con canciones de corte más latino, porque en mis viajes por Latinoamérica hice muchas canciones, conectándome con gente de todos lados y tocando instrumentos muy típicos de Latinoamérica: cubanos, colombianos, venezolanos... muchos instrumentos y mucha gente de la me nutrió en estos viajes. Hice 18 viajes en dos años, entonces me salieron canciones así, que "me las quiero sacar de encima". Así que estoy grabando.
-Entre los géneros que descubriste en Latinoamérica, ¿con cuáles sentiste mayor empatía?
-Me gusta mucho la música colombiana, me gusta mucho la música brasileña... descubrí cosas muy interesantes en México. Hay artistas nuevos de México que yo no conocía, y que fusiona un poco lo suyo con el rock, y me parece muy interesante eso. Me gusta Natalia Lafourcade, mucho. Me encanta. Me gustan los Herencia de Timbiqui, de Colombia... conocí grupos, conocí gente que están laburando, que es lo que no encuentro acá (en Argentina). Acá encuentro mucho semillero de rock, pero no veo que puedan surgir, ¿viste? Siguen intentando que alguien los escuche, y alguien los publique y alguien los difunda. Y en otros países hay más interés con eso. Parece que, en Argentina, la clase dirigente de la industria está mirando solo a lo seguro. Me da pena.
-Tu música sigue la ruta del rock argentino más clásico. ¿Qué es la canción, para vos?
-La canción es el modo de expresión que yo tengo, el modo de expresión que domino, después de tantos años. Tengo más de 600 canciones compuestas -o eso dice el registro de la sociedad de autores, porque no sé cuántas eran-; pero la canción, para mí, es la expresión que yo domino. No tengo otra forma de expresarme dentro de la música, salvo algunas cosas instrumentales que hice para cine o cortinas musicales. Pero si no, la forma de expresarme que yo tengo es la letra y la música: la melodía.
-¿Cómo encontrás la escena actual del rock en Argentina?
-Yo creo que no hay mucho recambio. Me da un poco de pena eso. Me parece que la industria acá está muy sectorizada... y, cuando digo la industria, hablo no solo de las discográficas, sino las radios, la difusión, muy metida en lo que ya es seguro. Y entones da pena que no haya un recambio, como hay en otros países de Lationamérica.
En Colombia sí hay recambio, en México, en Venezuela, en Brasil... mucho, porque hay ganas de que aparezca gente nueva, y acá hay mucha gente que está invisibilizada porque la industria no la abarca. Me da pena eso.