Juventud, cerebro y energía

Dos jóvenes del segundo año de un colegio de Concepción ensamblaron un dispositivo que ayuda a separar el hidrógeno del agua y que a su vez este elemento se una con el combustible para generar energía en un motor de motocicleta.

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Una de las mayores preocupaciones a nivel mundial es encontrar un reemplazo al combustible fósil, el “rey” de los carburantes de vehículos. El problema es que, a la larga, este combustible se va a acabar. Ese, sin embargo, no es el único motivo: es también el que más contamina.

En plena reunión sobre el cambio climático en París, líderes mundiales proponen soluciones al problema de la generación de gases de efecto invernadero. En cuanto a esto, hay mucho egoísmo. Existen países que se resisten a reducir su cupo de emisiones porque lo que prima, casi siempre, es el factor económico. Son los países más industrializados los que ocupan los primeros sitios en la escala de contaminación.

Este fue el factor que motivó a dos jóvenes del segundo año del colegio Campo Verde de Concepción a ensamblar un dispositivo que ayuda a convertir el agua en hidrógeno y ayudar, de esa forma, a disminuir el consumo de combustible en un 50% en el motor de una moto.

Ellas son Ana Dara Coronel y Viviana Resquín, quienes se llevaron este año el premio “Pierre et Marie Curie” que otorga el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnologías (Conacyt). El proyecto, que sobresalió entre otras 36 instituciones a nivel país, se llama “Hidrógeno, combustible del futuro”.

¿La pregunta central es cómo puede funcionar una moto en parte con agua? Viviana Resquín explica, en conversación con ABC Color, que el dispositivo está compuesto por dos partes fundamentales: una placa electroquímica en donde se produce un proceso que se llama electrólisis – que separa el hidrógeno del agua – y el reservorio de agua.

“Cargamos ¾ partes de agua destilada en el reservorio, unos 300 ml, y eso da para unos 2.000 kilómetros. Reduce en 50% el uso del combustible en el motor”, detalla la joven Viviana. Es importante destacar que el motor no se impulsa completamente con agua, sino que básicamente el biciclo usa los dos tipos de energía para funcionar. Esto hace que además de ahorrar dinero, la contaminación se reduzca.

El dispositivo les costó a Ana Dara y a Viviana unos G. 500.000, pero las piezas fueron traídas desde el Brasil. El gasto, sin embargo, fue mayor, ya que tuvieron que hacer varios viajes. “Invertimos mucho, aunque los gastos son de nuestros padres. Viajamos dos veces a Ponta Porã (frontera con Pedro Juan Caballero) porque ahí un señor usa el dispositivo. Nos mostró como se utiliza y cómo podíamos añadir a la moto. Empezamos a buscar algo que cuide el medio ambiente. Buscamos en internet cuál el sector que más contaminaba al ambiente y empezamos a pensar qué podríamos hacer para poder reducir eso. Después vimos un video de una persona que usaba el generador de hidrógeno. Acá en Concepción hay un montón de motos, más motos que autos. Eso fue lo que nos motivó”, detalló Resquín.

Los trabajos fueron supervisados por el profesor Gregorio Antonio Narváez. El docente explicó que el hidrógeno es un combustible muy limpio y eficiente, y que el problema en general es solo su almacenamiento, que se debe dar en ciertas condiciones especiales. “Es un adaptador que mezcla el hidrógeno con el combustible. No es el hidrógeno puro, el adaptador es muy básico todavía. Se carga agua, se produce hidrógeno y se mezcla con el combustible. Eso lo que hace es reducir el consumo y de paso la contaminación. Es muy potente, muy combustible. Entonces el aparatito es reducido, no es un motor netamente que pueda ser independiente en la moto. Es algo adaptable”, detalló.

El premio “Pierre et Marie Curie” es organizado por el Conacyt, con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Embajada de Francia en Paraguay y la Alianza Francesa. Se realizó en setiembre pasado en el Liceo Francés Internacional "Marcel Pagnol”. Es más, el embajador de Francia en Paraguay, Jean-Christophe Potton, subió a la moto el día de la premiación.

“No creíamos que íbamos a ganar. El jurado no nos motivó mucho, pero nos informaron que ganamos y comenzamos a llorar”, concluyó Resquín, quien prevé especializarse en mercadotecnia cuando concluya el colegio. Por su parte, Ana Dara Coronel – comentó su compañera – quiere ser bioquímica.

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