Irregular desde el inicio

El proceso de adjudicación para la construcción del Policlínico del IPS estuvo plagado de irregularidades desde el inicio. A pesar de que recomendaban rechazar la oferta, se otorgó a una empresa que -en cuatro años- aún no terminó las obras.

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Cuatro años de atraso lleva la construcción del nuevo Policlínico del IPS, una obra que en teoría debería haber contribuido a la descompresión del Hospital Central de la previsional. Sin embargo, además del grosero incumplimiento en la entrega de las obras por parte de la empresa, el proyecto se vio envuelto en una serie de irregularidades desde el inicio.

De acuerdo a una serie de documentos a los que tuvo acceso ABC Color, el Grupo Villalba Piñeiro S.A. (Grupo VP), propiedad de Jorge Agustín Villalba Piñeiro, no debería siquiera haber sido adjudicado debido a que no reunía los requisitos establecidos en el Pliego de Bases y Condiciones. El Comité Evaluador, en un informe remitido al Consejo del IPS, recomendaba a la máxima autoridad de la previsional rechazar la oferta del Grupo VP y adjudicar la obra a la firma Caraguatay S.A., que sí cumplía con los requerimientos técnicos necesarios.

Como no se contaba con el dictamen favorito del Comité de Evaluación para la adjudicación del Grupo VP, el Consejo del IPS remitió a la Dirección Jurídica y a la Dirección de Infraestructura para que se emitan nuevas evaluaciones que, llamativamente, resultan favorables para la empresa que cuya oferta debería haber sido rechazada. Ante esta situación, la firma Caraguatay S.A. recurrió a la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP). Como consecuencia de la protesta, esta institución ordenó anular la adjudicación y la realización de una reevaluación de las ofertas.

Luego de la reevaluación de ofertas, el IPS volvió a adjudicar al Grupo VP. En la resolución en que se confirma esta adjudicación se habla de la realización de un informe técnico con el cual se avala la decisión, aunque el mismo no aparece como adjunto y por lo tanto nunca se pudo saber quiénes fueron los firmantes. Finalmente, el contrato entre el IPS y la empresa adjudicada fue firmado el 11 de abril de 2012. En principio, el contrato era de diez meses, por lo que vencía en febrero de 2013, aunque luego se amplió el período a 20 meses, quedando como fecha final de vencimiento diciembre de 2013. Lo llamativo del caso es que esta ampliación del 100% del período de vigencia del contrato se dio apenas un mes después de firmado el contrato.

El acta de inicio de obras fue firmada el 11 de abril de 2012, aunque las obras reales se iniciaron recién el 12 de junio de ese año. Es decir, pasaron dos meses antes de que la empresa comenzara a realizar los trabajos para la obra. Lo llamativo del caso es que ya en mayo de ese año, es decir un mes antes de que se iniciaran siquiera los trabajos para la construcción del nuevo policlínico, el IPS pagó un anticipo de G. 5.801.051.273, correspondiente ya al 40% de las obras.

De acuerdo a algunas versiones a las que tuvo acceso ABC Color, este retraso en el inicio de las obras se habría debido a que el proyecto no contaba siquiera con licencia ambiental para su realización. Además de las ampliaciones del período para la entrega de las obras, la elección de un lugar no apto para la construcción del nuevo policlínico obligó a que el IPS pagara unos G. 2.800 millones más del monto inicial. Esta adecuación se debió a que el terreno en el que se debían realizar las obras filtraba agua. Es decir, finalmente la obra pasó a tener un costo de G. 17.300 millones.

De acuerdo a verificaciones realizadas en 2014, varios meses después de que finalizara el plazo ampliado que se había dado a la firma encargada de las obras, los trabajos habían avanzado apenas un 20% y allí quedaron paralizadas. La obra que fue adjudicada por la vía de la excepción y que debía haber favorecido la descompresión del Hospital Central del IPS sigue sin avanzar a cuatro años del inicio de las obras, causando un millonario daño a las arcas de la previsional que utilizó dinero de sus asegurados.

Esta no es la primera ni la única obra adjudicada al Grupo Villalba Piñeiro señalada por sus irregularidades e incumplimientos. Solamente entre 2010 y 2012, la firma representada por Édgar Villalba Piñeiro recibió seis contratos de obras que nunca fueron concluidas o fueron terminadas mal y fuera de tiempo.

De acuerdo a datos que constan en la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), entre 2010 y 2012, la Secretaría Nacional de Deportes (SND) y el Instituto de Previsión Social (IPS) firmaron seis contratos con la citada empresa. Tres de ellos fueron adjudicados por la SND, bajo la administración de Paulo Reichardt, para construir estadios en Concepción, Coronel Oviedo y Carapeguá (dos de ellos con costo cercano a G. 6.000 millones cada uno). Villalba Piñeiro concluyó solo dos de los estadios, pero fuera del tiempo estimado, por un monto superior al adjudicado y de mala calidad.

Se construyeron sin respetar las normas internacionales del fútbol, según los entendidos en la materia. Las obras de Cnel. Oviedo y Carapeguá, adjudicadas en 2010, fueron construidas apenas un 50% y 80%, respectivamente, según las actuales autoridades de la SND. Cuando Villalba Piñeiro se benefició con estos dos contratos contaba tan solo con seis empleados.

Recién al otorgarle el IPS ese mismo año, otra megaobra registró a 60 empleados, según los documentos presentados en las licitaciones. Los antecedentes dan cuenta de que fue beneficiado con G. 14.619 millones para la construcción de la unidad de terapia intensiva y coronaria en el predio del Hospital Central. El IPS era presidido en ese entonces por Luis Alberto López.

Con 60 empleados, Villalba Piñeiro pretendía construir los dos estadios y el hospital. En 2011, cuando la firma comenzaba a incumplir los contratos, la SND y el IPS le volvieron a adjudicar otras dos obras. Debía construir un estadio en Concepción por G. 7.895 millones y una policlínica por G. 14.416 millones. Un informe de auditoría de este año de la Contraloría revela una serie de deficiencias en la construcción de la misma.

En 2012, el IPS, bajo la presidencia de Fernando Silva Facetti, pese a los incumplimientos, benefició a Villalba Piñeiro con otro contrato de G. 7.069 millones, aunque a través de la empresa Equipamientos y Accesorios SRL. Era para ampliar el hospital de San Pedro, obra que tampoco concluyó. En la DNCP figura otra pequeña adjudicación del IPS de G. 1.386 millones para construir el muro perimetral del Hospital Central.

juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano

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